Hoy nos despedimos de Irlanda del Norte y nos vamos hacia la República de Irlanda dirección a Sligo, parando antes en Donegal. Nos despertamos a las 7:20 y bajamos a desayunar. Toca desayuno continental, el irlandés, dos mañanas seguidas, es demasiado para nosotras así que tostadas y huevos scramble que es más lo nuestro. Hacemos lo mismo que ayer, desayunamos fuerte y seguramente no comeremos hasta las 18:00, hora en la que en este país abren los restaurantes para cenar.
A las 8:45 vamos hacia la Bus Station, es un pequeño paseo caminando. La estación es pequeña y nada más entrar en la zona de Salidas vemos nuestro Bus Eireann, número 64, los horarios y el trayecto los podéis consultar en Transporte público en Irlanda. Dos señoras irlandesas ya esperan sentadas en un banco y nos sonríen “Good morning” la gente es amabilísima y me encanta que siempre estén sonriendo y canturreando.
Amelia y Virginia visitan Donegal antes de ir a Sligo
Después de dejar las mochilas en el portaequipajes subimos al autobús, que sale con unos minutos de retraso. El trayecto por la Wild Atlantic Way es precioso, es una carretera que pasa por la costa y diferentes pueblos, entre ellos el más grande del Condado de Donegal Letterkenny, vale la pena que os acomodéis al lado de una ventanilla y sólo os dediquéis a disfrutar.
Llegamos a Donegal, nuestra parada de camino a Sligo. Nos sorprende que se trate de una ciudad tan pequeña, teniendo en cuenta que da nombre al condado, tiene menos de 3000 habitantes. A nosotras nos parece ideal, ya que tendremos tiempo de visitarlo en un par de horas y continuar la ruta. A pocos metros vemos el castillo de Donegal, pero antes de entrar paramos a tomar un café en The Blueberry, es un Tea Room and restaurant, que se encuentra cruzando la calle, lo veréis desde la parada. El café buenísimo y hacen tartas caseras, pero no podemos quedarnos a probarlas …
El Castillo de Donegal
El castillo de Donegal nos espera, entramos gratis con la tarjeta Heritage y nos preguntan, como en todas las atracciones turísticas, de dónde somos, al decir de Barcelona la recepcionista nos pregunta si queremos la información de la visita en catalán. En un primer momento nos sorprende, pero enseguida entendemos que Irlanda tiene un pasado que le ayuda a entender situaciones como la de Cataluña.
El Castillo de Donegal es de 1200 y conserva partes originales, cómo el suelo de madera de las habitaciones en el que no hay ni un clavo de hierro que lo sujete. El Salón de banquetas es la sala más destacable de la visita. Tiene una chimenea del siglo XVII muy bien trabajada y conservada, que está considerada una de las más bellas de Irlanda.
Al salir del Castillo damos una vuelta por Donegal, cruzamos uno de los puentes y vemos las casas de colores que parecen dibujadas.
A las 12:30 volvemos a estar en la parada del Bus, la hora prevista de salida son las 12:40, pero el bus llega 25 minutos más tarde. El camino de Donegal a Sligo, es igual o más espectacular (si es posible) que el que hemos hecho de Derry a Donegal; pasamos por la costa, por pueblos como Ballyshannon (considerado uno de los más bonitos de la zona ) y caballos, vacas y ovejas nos miran al pasar, tumbados en sus alfombras verdes (seguramente es la hora de la siesta).
Llegamos a Sligo
Antes de las 15:00 ya estamos de nuevo en una Oficina de Turismo, pero esta vez en la de Sligo. La joven que nos atiende se muestra servicial, como en el resto de las oficinas que hemos estado. Nuestra consulta, principal motivo por el que visitamos la oficina de turismo de Sligo, es que transporte tenemos que coger para ir mañana al Yacimiento de Carrowmore (el cementerio megalítico de la zona) y nos dice que no es posible llegar en trasporte público. El Cementerio megalítico de Carrowmore se encuentra a menos de 5 kilómetros de Sligo, por lo que tenemos la opción de ir caminando, pero nos propone contratar un taxi por 14€ ida y vuelta y ella, desde la oficina de turismo nos hace la reserva, ya que nos parece un buen precio. También consultamos qué ver en Sligo y pedimos mapas de la zona, nos ha dado uno precioso y otro de paseos que más que mapas son esquemas dibujados con mucha gracia y que nos guiarán en nuestra visita durante toda la tarde por el pueblo de Sligo.
Sligo, a primera vista, no parece que tenga nada destacable, pero si inviertes unas dos horas en dar un paseo tranquilo por el lugar empiezas a ver que tiene algo especial, que puedes apreciar a través de la arquitectura de sus edificios. Además es un pueblo atravesado por un rio, el Garavogue, y eso ayuda a una imagen mucho mas bucólica del lugar. El pueblo tiene casas victorianas como el resto de la Isla y esas otras casas mas pequeñas de colores o ladrillo visto (con una puerta y una ventana) que también están por todas las poblaciones pero, además, Sligo tiene otro tipo de construcciones mas señoriales de piedra; construcciones que dan un aire mas señorial y distinguido que al resto de poblaciones que hemos visto hasta la fecha. Por ejemplo, para apreciar esta diferencia se tendría que ver durante el paseo por la población los edificios de la Court House, el Ulster Bank, el AIB Bank o el edificio de la Model/Mall entre otros muchos. Estos edificios de piedra vista están distribuidos por todos los lados, aunque los principales se encuentran en Wine Street y Stephen Street. En la zona donde está la Catedral de Sligo hay diversas edificaciones interesantes aunque todas ellas de carácter eclesiástico, justo frente a la catedral hay un colegio mayor o internado que nos hemos acercado a ver pero nos hemos dado cuenta que está, en la actualidad, en desuso y abandonado.
Antes de seguir paseando por el pueblo y visitar la famosa Abadía de Sligo decidimos entrar en un Pub a tomar la primera pinta del día y picar algo porque tenemos hambre porque hasta las 18:00 pasadas sabemos que no podremos cenar. La zona está plagada de Pubs y entramos en el primero que se encuentra en la primera esquina, nos sentamos y nos tomamos 2 pintas y 2 mini bolsas de patatas fritas, por el módico precio de 10,40€. En este momento nos damos cuenta que estamos en una población pequeña, bonita y ¡Cara!
La Abadía de Sligo
Proseguimos nuestra visita entrando en la Abadía de Sligo y aquí también podemos entrar con la tarjeta Heritage así que nos ahorramos otros 5€ de la entrada. Igual que en el castillo nos proporcionan información para poder hacer la visita auto guiada.
La Abadía data del año 1252 que parece ser el mismo año en el que se fundó la población de Sligo. La Abadía se fundó como convento Dominico. El recorrido por la abadía nos está gustando dado que no se trata de una reconstrucción sino de las ruinas, pero siendo de la época que son, se conserva muy bien. Nos llama la atención que el altar se conserva pero porque es de piedra y que, además, está pegado en el muro de la iglesia. Se trata del único ejemplo de altar esculpido en piedra que sobrevive en las iglesias monásticas y nos indican que data del siglo XV. El claustro es otro de los puntos interesantes de la visita dado que para los siglos que han pasado se conserva muy bien y puede apreciarse casi entero; las columnas que soportan los ventanales no son lisas, tienen forma octogonal o en espiral y eso nos llama la atención.
Las tumbas de la Abadía de Sligo
Otra cosa que buscamos con alegría es la llamada “lápida misteriosa” porque otra cosa no, pero lápidas en esta Abadía hay un montón, lo que indica que muertos también, dado que además de un lugar dedicado al culto también fue el cementerio del pueblo durante muchos siglos. La “lápida misteriosa” es una lápida que estando ya esculpida se volvió a esculpir por algún cantero de la época.
Después de ver la Abadía hemos decidido seguir con nuestro paseo por el Sligo así que hemos ido a cruzar un puente más nuevo al que se llega por JFK Parade y que es el inicio de un bonito recorrido por el lado del rio Garavogue. Cruzamos el puente en dirección a la Library del pueblo en Stephen Street. Cunado lees sobre la Library te hablan de que hay un museo y efectivamente lo hay pero nosotras vemos que al lado había una iglesia que ha resultado que ya no se dedicaba al culto religioso sino al culto de la lectura y entramos pues resulta que la iglesia alberga al biblioteca del pueblo.
Ya es hora de ir a cenar, son solo las 18:00 pero no hemos comido y aquí la cena empieza ya, y nos encontramos con el mismo problema de ayer: Sligo es muy caro y por cada plato te cobran entre 15 y 20 euros y nada garantiza que la calidad sea acorde al precio. Con la intención de valorar diferentes ofertas recorremos varios incluyendo la opción, que no nos entusiasma nada, de un restaurante chino por si era más económico y vemos que los precios continúan siendo los mismos. Recordamos que el dueño del pub en el que hemos tomado la pinta hace un rato nos ha recomendado un restaurante, le hacemos caso y vamos al Embassy Steakhouse Restaurant que está, en la JFK Parade, al lado del río pero un poco más alejado de toda la zona turística o céntrica. Tomamos un menú que incluía dos platos, el postre y el agua por 21,90€ pedimos sopa calentita y un segundo de carne, que estaba buenísimo. Además, el menú incluye un pequeño aperitivo de pan casero con tres salsas ¡La de pesto es exquisita! Está claro que lo mejor para comer bien es preguntar a los lugareños.
La cena ha sido algo copiosa y decidimos seguir dando un paseo para disfrutar de la puesta de sol. Mientras cenábamos ha vuelto a llover, pero ahora está despejando. El sol está a punto de caer y la luz que cubre Sligo nos descubre una ciudad diferente. Aprovechamos que la gente ya ha desaparecido de las calles para ver otra cosa que nos ha gustado mucho de Sligo y es que muchos de los comercios guardan los antiguos escaparates de esa época tan bonita de finales del siglo XVIII e inicios del XIX.
Consejo: Si vais a visitar Derry y Sligo os recomendamos parar en Donegal y visitar el Castillo. Si os movéis en transporte público como nosotras, el Buseireann 64 os permite hacer el trayecto entre las dos poblaciones, realizando todas las paradas que queráis.
Consejo: Si el tiempo os lo permite, pasar una noche en Sligo para pasear al atardecer, cuando los turistas como por arte de magia desaparecen de las calles.
Sin lluvia, con la luz del sol cayendo y las farolas encendiéndose volvemos dirección al hotel no sin antes pararnos delante de un comercio que indica Boulangerie y que está muy cercano al Ayuntamiento, el olor a pan cociéndose en horno nos ha dejado entusiasmadas; nos recuerda a cuando éramos pequeñas y de noche se hacía el pan para tenerlo recién hecho a primera hora del día. Mañana, sin duda, antes de irnos de excursión a Carrowmore o bien tomar el bus para ir a Galway, pasaremos a comprar algo por este establecimiento que parece sacado de algún siglo pasado.
Puedes ver toda nuestra ruta de Irlanda en 20 días aquí
Capítulo 5: Virginia y Amelia va en transporte público a la Calzada del Gigante.
Capítulo 7: El Cementerio de Carrowmore y de ahí, Virginia y Amelia se van a Galway.
En el caso de que queráis preparar vuestro propio viaje a Irlanda aquí os dejamos información útil:
Prepara la Mochila para Irlanda, todo lo necesario que hay que tener en cuenta.
Alquilar un coche en Irlanda si decides no ir en transporte público.
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