Salimos del hotel veinte minutos antes de que el taxi venga a recogernos para ir al Cementerio de Carrowmore; porque no podemos irnos de Sligo sin ir al Lyons Café&Bakeshop en Quay Street y comprobar si el olor que ayer, por la noche, hacía a pan cociéndose era real. Nada más entrar confirmamos que es cierto: El pan lo hacen ellos, no utilizan un horno de leña, sino uno industrial, pero está hecho con masa fermentada. Amelia se ha encargado de meter la nariz y preguntarlo para asegurarse. Tanto hemos preguntado que nos han explicado que los croissants también los hacen ellos y no hemos podido evitar comprarnos uno para desayunar junto con dos cafés con leche para llevar. Y así hemos pasado el rato en la puerta del hotel esperando el taxi que nos llevará al Cementerio de Carowmore. La información del hotel os la dejamos en alojamiento en Irlanda.
Martina O´Neilly, nuestra conductora del taxi llega con una puntualidad (vamos a decir japonesa) porque aquí lo de británica no les va gusta mucho. Martina, mujer rubia y fornida, nos saluda con una amplia sonrisa a la que nosotras hemos respondido con otra igual y con un alegre buenos días en el idioma del país en el que estamos y nos comenta, como otras tantas personas irlandesas que nos hemos encontrado, que el calor que hace este año no es normal y que, por lo visto, hace mas de 40 años que no se daba el caso: el termómetro marca 16 grados así que pensamos ¿Qué temperatura debe hacer en invierno en ese país?. Con diligencia nos ha llevado hasta la entrada del cementerio megalítico de Carrowmore y quedamos con ella que nos pase a buscar una hora mas tarde, a las 11 de la mañana dado que le explicamos que a las 12:00 sale nuestro autobús dirección a Galway.
El Cementerio megalítico de Carrowmore
La entrada del Cementerio megalítico de Carrowmore tiene un coste de 5€ por adulto pero no pagamos porque también entra en la Heritage Sites Card. El espacio que ocupa es grande y está compuesto de diversas tubas de piedra, nos resulta un paseo agradable para hacer por la mañana y aprovechamos dado que aunque está el cielo con algunas nubes negras acechando por lo menos no llueve. El cementerio megalítico de Carrowmore es uno de los cuatro que se pueden encontrar en Irlanda y uno de ellos ya lo visitamos hace unos pocos días en Brú na Bóinne. En la entrada del recinto te dan una explicación para que tengas una visita auto guiada, puedes escoger en varios idiomas, incluido el catalán; aquí también. Con la guía en la mano empezamos la visita y lo primero que nos encontramos es una muy pequeña exposición y averiguamos que este cementerio tiene unos cinco o seis mil años.
Todo el complejo de Carrowmore consta de muchas tumbas de piedra, pero no todas están en este cementerio dado que hay otras muchas que pertenecen a propiedades privadas, de hecho cuando veníamos en el taxi ya hemos divisado algunas. Las tumbas de piedra parecen dólmenes que se han venido abajo con el tiempo, cosa que nos nos extraña pues lo que nos llama la atención es como después de tantos milenios alguien dedujo que las rocas que hay en el suelo con césped podrían ser tumbas, pero en la explicación que leemos queda claro que junto con la prueba de carbono 14 y con los restos de huesos y reliquias que encontraron los arqueólogos de la época en el Cementerio megalítico de Carrowmore, constataron que se trataba de tumbas megalíticas.
Tumbas del Cementerio megalítico de Carrowmore
A medida que vamos avanzando por el recinto del Cementerio megalítico de Carrowmore vemos que hay una gran tumba que está en el centro de las demás y por lo que leemos las más pequeñas se construían alrededor de la más importante. La tumba mayor es la que se encuentra en mejor estado o bien la han reconstruido sobre sus ruinas para que podamos ver cómo eran en realidad. Es una tumba de forma de corredor y en el centro alberga un dolmen espectacular así que puedes hacerte una idea precisa de cómo serían en la realidad.
Aunque te indican que la visita por el Cementerio megalítico de Carrowmore tiene una duración de 1 hora, nosotras terminamos en 45 minutos así que como tenemos 15 minutos cruzamos la carretera y nos vamos a ver un par o tres mas de tumbas que parecen interesantes pero están algo fuera del recito, aunque luego vemos que pertenece al mismo centro histórico. Nos quedamos pensando que los cementerios tampoco han cambiado tanto a los largo de los miles y miles de años pues al fin y al cabo se trata de colocar una piedra o bien una losa indicando que allí yace alguien y si no, mirad y comparad estas dos fotos:
A las 11 en punto de la mañana aparece Martina en el Car park del Centro de visitantes de Carrowmore. Nuestra taxista nos pregunta si nos ha gustado y sigue hablando sin parar, hasta que baja la voz y sube el volumen de la radio; nos dice que acaban de rescatar a unos turistas españoles que se habían caído por la ventana de algún sitio. Habla una mezcla entre gaélico e inglés y sólo entendemos que se han caído por un ventana o de un bus o de un Castillo. Buscamos en internet tal noticia pero no localizamos nada. No sabemos a lo que se refiere, pero no debe ser nada importante porque acto seguido, Martina, sigue hablando de Carrowmore y de cualquier cosa que se le pasa por la cabezade una forma muy graciosa a la par que elocuente. Llegamos al hotel diez minutos más tarde puesto que el cementerio está muy cerca de Sligo. Nos despedimos de Martina o bien Martina de nosotras con ademanes y adioses varios en inglés ¡Ha resultado muy graciosa nuestra taxista!
Camino de Galway
A las 12:00 sale nuestro bus para Galway y a las 11:45 estamos en la estación de autobuses de Sligo, no sea que se nos escape pero el bus se retrasa considerablemente, como ya viene siendo norma en Bus Eireann y no nos queda mas remedio que esperarnos unos tres cuartos de hora, viendo como la gente va viniendo y yendo de un lugar a otro. Es un medio de transporte utilizado por la gente del país y nos sorprenden los precios de los trayectos puesto que no son nada asequibles. El detalle de precios y horarios lo podéis consultar en Transporte público en Irlanda. Al final llega nuestro bus y hacemos un trayecto que aunque largo resulta muy interesante y eso es debido a que no va por la autopista o autovía sino que la mayor parte del trayecto la hace por carreteras secundarias que nos permite ir viendo parte de Irlanda, que no teníamos pensado ver. Otra cosa curiosa que sucede es que hemos decidido que no es un bus de línea que mas bien es una “diligencia” porque a pesar de ser un bus muy moderno el conductor se dedica a gritar el nombre de la población en la que va a parar y cuando suben o bajan los pasajeros ambas partes se despiden o saludan como si se conociesen de toda la vida. Esto es la “diligencia” entre poblaciones. Ahora bien, nuestro recorrido pintoresco de Sligo a Galway ha durado unas 4 horas ¡Casi nada! Pero ya estamos en nuestro siguiente destino.
Llegamos a Galway
Nada más pisar Galway nos vamos a dejar las maletas al hotel. Podéis consultar el detalle en alojamiento en Irlanda. Estamos acertando porque hasta la fecha todas las reservas las hemos hecho en pleno centro, este de Galway en el que pasaremos 3 noches está a 25 metros de la oficina de turismo y a otros 25 metros de las estaciones de autobuses. Pero seguimos con lo mismo, lo que pensábamos que era una ciudad grande ha resultado ser otra población que, para nosotras, es más bien pequeña. Ahora bien, no nos quejamos porque eso hace que podamos conocerla en mayor profundidad.
La primera visita, como en cada una de las poblaciones, es la oficina de turismo en la que preguntamos sobre lo que vamos a hacer los siguientes días, que será ir un día al Parque Nacional de Burren y Acantalidados de Moher y el siguiente al Parque Nacional de Connemara y la Abadía de Kylemore. Nos informan sobre los precios para ir por libre a todos estos sitios y los horarios del transporte público. Está claro que ir en transporte público para ver todo lo que queremos ver no sale a cuenta, por precio y tiempo.
La opción de alquilar un coche para ambos días es también elevada así que nos decantamos por la contratación de excursiones organizadas en ambos casos. La persona que nos atiende nos da diversas opciones de tours privados, estudiamos dos o tres empresas diferentes y vemos que hay una en concreto que si contratas dos excursiones te hace descuento. Una excursión será la de Los Acantilados de Moher y Parque Nacional de Burren por 30€ por persona y al día siguiente la del Parque natural de Connemara y Cong que incluye la Abadía de Kylemore por otros 30€ por persona, pero vemos en el tríptico que si compras las dos a la vez te hacen un descuento de 5€ por lo que de costarnos 60€ pasaría a costarnos 55€ por persona pero para adquirir ese descuento hay que ir a la oficina de la empresa en cuestión, que está al girar la esquina. Antes de irnos a la Oficina de la empresa a comprar los tickets de las excursiones, preguntamos en la Oficina de Turismo de Galway opciones para visitar la ciudad y el chico, en un inglés muy cantarín, se pone muy contento y nos da un mapa de la ciudad en el que hay marcados un total de 31 sitios para ver en la pequeña localidad de Galway.
Nos vamos a reservar las excursiones para los dos día siguientes y una vez dentro de la Oficina preguntamos si hay algún otro tipo de descuento y nos comentan que para estudiantes, así que ambas sacamos nuestros carnets de estudiantes y obtenemos otros 10€ adicionales de descuento. El coste final ha pasado a ser de 45€ las dos excursiones, ahora sí que ya nos sale mas económico que si hiciésemos todo esto en transporte público. ¡Ya tenemos organizados los dos días siguientes!
Son pasadas las 18:00 y toca cenar algo ¡Qué aun no hemos comido!. Miramos diferentes opciones y si Sligo nos pareció caro, Galway lo supera. No sabemos bien qué hacer así que mirando en la guía nos decidimos por cenar en un restaurante asiático que se llama Asian Tea House, en el que los platos no están elaborados con glutamato. La cena está muy bien, sobre todo porque tienen sopas de diversos estilos, pero la cuenta ha sido sorprendente: nunca hemos pagado semejante cantidad por cenar en un asiático y eso que en Barcelona hay varios buenos y también caros pero … en Irlanda los precios aumentan considerablemente. De todas formas las opciones que teníamos eran igual de caras pero seguíamos comiendo lo mismo que otros días y ahora, el estómago, ya empieza a resentirse.
Tras la cena y como aun queda mucha luz del día miramos en el plano que nos han dado qué vamos a ver y decidimos hacer los paseos alrededor de los canales y el paseo hasta la playa. Galway es una ciudad bonita y atestada de turistas y una cosa que nos llama mucho la atención es que escuchamos más el español que el inglés, tanto por los turistas que hay como por los residentes de esta población.
La preciosa Bahía de Galway
Está atravesada también por un rio, el Corrib, el que parece ser el mas corto de Irlanda porque nace en el lago que lleva el mismo nombre y desemboca en la Bahía de Galway. Decidimos dar un paseo en dirección al lago y otro paseo, más largo y típico, en dirección al Océano para ver el atardecer desde allí. El paseo en dirección al lago es precioso y el buen tiempo nos acompaña junto con los patos y cisnes que vamos viendo en los canales y en el río.
Es hora de ir a hacer el trayecto de 2 kilómetros para poder ver la Bahía de Galway y para ello tenemos que cruzar el puente que lleva el nombre de Salmon Weir Bridge y que nos llama la atención por su nombre pero entendemos que es así porque en Galway se consume mucho de este pescado: el Salmón. Ahora bien, nuestra sorpresa viene cuando vemos, al cruzar el rio, que en el agua hay tres o cuatro hombres ataviados con vestimentas de pesca hasta las cejas y que están intentando pescar salmones. De ahí viene el nombre del puente, deducimos.
Seguimos caminando y pasamos por más canales y llegamos hasta el último puente de Galway, el puente más cercano al Océano, que se llama Wolfe Tone Bridge y a partir de allí el paseo y las vistas son geniales puesto que lo que andamos por la zona costera es una maravilla y podemos apreciar, ya atardeciendo, la fila de casas que están cercanas al Spanish Arch que visitaremos en otro momento, mañana o pasado cuando regresemos de las excursiones.
El paseo que hemos realizado se llama The Promenade Walk y hay un ritual que dice que al llegar al final has de “patear la pared” para indicar que has finalizado; así lo hemos hecho.
Ya son pasadas las 9 de la noche y aunque queda luz del día, algo tenue todo sea dicho, pensamos que es hora de ir para el hotel y descansar un poco.
Ahora estoy escribiendo este diario de viaje desde la habitación y el cansancio está ganando la partida. Seguro que soñaré con las cosas tan diferente que hemos vivido hoy: El Cementerio de Carrowmore, el paseo por Galway al atardecer y sobre todo el viaje en “diligencia” de Sligo a Galway.
Puedes ver toda nuestra ruta de Irlanda en 20 días aquí
Capítulo 6: De Derry a Sligo pasando por Donegal, para visitar su castillo.
Capítulo 8: Desde Galway al parque nacional de Burren y los Acantilados de Moher.
En el caso de que queráis preparar vuestro propio viaje a Galway aquí os dejamos información útil:
Prepara la Mochila para Irlanda, todo lo necesario que hay que tener en cuenta.
Alquilar un coche en Irlanda, por la zona de Galway, si decides no ir en transporte público.
Reservar los Hoteles en Galway.
Reservar Vuelos a Irlanda para llegar a Galway.
Reservar Excursiones interesantes en Galway.