Sábado 10 de noviembre del 2018, nos hemos despertado en Barcelona temprano porque vamos a pasar el fin de semana en Balaguer, en la provincia de Lleida y en una de las zonas paisajísticas mas bonitas de Catalunya: la sierra del Montsec. En esta ocasión vamos en nuestro vehículo particular puesto que vivimos en Barcelona y llegar se hace fácil. Queremos hacer una visita a la ciudad de Balaguer al completo y estamos expectantes con qué nos vamos a encontrar.
Tardamos poco menos de una hora y media en llegar, desde Barcelona a Balaguer, por la A-2. La Autovía está muy bien y es gratuita. Balaguer se nos presenta como una ciudad dividida por un río, el Segre, en la que a un lado estaría la parte histórica o antigua y al otro lado la ciudad nueva y dónde parece ser que vive el grueso de la población. Nosotras vamos a visitar la parte antigua, así que lo primero que hacemos es buscar dónde aparcar el coche. Tenemos ciertos problemas dado que las calles, de acceso al centro, están cortadas y entendemos que es porque hay mercado en la Plaza Mercadal. Aun así, podemos dejar el coche sin problemas y nos ponemos a caminar para dejar la pequeña bolsa que llevamos en el alojamiento que hemos contratado para pasar una noche: El Palauet de la Muralla.
Nos sorprende ver que las calles están adornadas con el escudo de la ciudad y, rápidamente, deducimos que hemos coincidido con algún evento especial en Balaguer: resulta que son las fiestas del Santo Cristo, la fiesta mayor de la ciudad (9,10 y 11 de Noviembre). ¡Qué suerte la nuestra! vamos a disfrutar de lo lindo nuestra visita a la ciudad de Balaguer al completo ¡y nunca mejor dicho!
Una vez dejamos la bolsa en el hotel, nos vamos a la Oficina de Turismo de Balaguer (se encuentra ubicada en el mismo Museo de la Noguera -museo de arte Islámico, entre otras muchas cosas) para hacernos con un plano de la ciudad y preguntar por lo que teníamos pensado visitar. Nos atiende Jose, un chico muy puesto en la historia de la ciudad en la que reside y que está encantado de que le preguntemos de todo, mas allá de «las típicas cosas que hay que ver».
Una vez ya tenemos claro nuestro recorrido y como son pasadas las 12 horas pensamos que lo mejor será sentarnos en alguna de las terrazas que hemos visto en la Plaza Mercadal y mientras tomamos el aperitivo, planificar la visita de forma ordenada. En la plaza hay mercado, así que es ideal estar tomando el sol mientras se puede apreciar el ir y venir de la gente comprando ropa y viandas de la zona. Hay un montón de puestos que venden caracoles, típica comida de la zona de Lleida y que en algún momento de nuestra visita a Balaguer al completo, probaremos.
La antigua judería de Balaguer
Como estamos en la Oficina de Turismo, lo primero que vamos a visitar será la zona dónde estaba el Barrio Judío. Ahora ya no queda nada de él salvo los restos de la muralla que le daba seguridad y en los sótanos de alguna casa, parte de las viviendas judías. Es decir, esperábamos ver las típicas callejas pequeñas y estrechas como en otras poblaciones medievales pero de todo eso no se puede apreciar nada, salvo imaginarte que allí era dónde moraban los antiguos pobladores de religión judía en Balaguer. La zona que recorremos es pequeña y componen la antigua Judería las Calles de Cerés, Teixidors y entre ambos, la calle de Barrinou. La Calle del Miracle (o milagro) también forma parte importante de la Judería y más adelante os explicamos una cosa curiosa sobre el nombre de esta calle que nos explicó Jaume, el historiador del Free tour que hicimos por la tarde.
Os dejamos una foto de la calle Cerers, que mas que calle es un pasaje. La tuvimos que hacer por la noche porque, por la mañana, estaba la calle con demasiado ajetreo debido a las fiestas y al mercado:
En la zona judía, hay parte de la muralla que se puede apreciar en los mismo edificios de la zona. Puesto quedan aprovechado su piedra para ser parte del muro de los mismos. El motivo de la construcción de la muralla judía no lo tenemos clara, porque nos han explicado dos historias que pueden ser ambas verdaderas por tratarse de diversas épocas o bien lo dejamos para que quien lea esto investigue por su cuenta cuando vaya a Balaguer:
- Motivo 1: La población judía fue expulsada del centro de la antigua Balaguer, extra-muros, por los motivos de siempre. Una vez fuera, tenían que protegerse y ellos mismos optaron por pagarse y hacerse una muralla.
- Motivo 2: La población judía fue expulsada de la antigua ciudad de Balaguer y al estar extra-muros, no tenían que pagar los impuestos del resto de habitantes por la defensa. Así que, digamos un «alto cargo» al darse cuenta del dinero que estaban perdiendo al no recaudar de ellos (que eran una población importante) decidió que sí que los iba a proteger alzando y ampliando la muralla. Al estar la población judía, otra vez, dentro de la protección de la ciudad de Balaguer, podía cobrar impuestos de esta parte de la población.
Obviamente pedimos disculpas por cómo explicamos esto dado que no somos historiadoras y nos perdemos con la cantidad de fechas y datos que hemos podido encontrar o bien que nos han explicado pero al fin y al cabo, nos ha parecido curioso y así lo exponemos.
La siguiente calle que visitamos, dentro de lo que fue la judería de Balaguer, es la Calle Miracle. Esta calle es bien bonita sobretodo por los edificios que se pueden apreciar. En el mismo tramo de calle, hay un edificio Barroco, la parroquia de Sant Josep:
Seguimos caminando, por la calle del Miracle nº12, en dirección a la Plaza Mercadal y nos encontramos con un edificio azul que es la conocida Iglesia del Miracle y que parece que de nombre a la calle. Esta iglesia no tienen, ya, nada que haga referencia a que fue la Sinagoga de este barrio de la judería.
Una curiosidad sobre el nombre de la calle, Carrer del Miracle o Calle del Milagro, y el nombre de esta Iglesia: del Miracle o del Milagro: en la edad media imperaba la Inquisición, que acechaban a la población Judía porque era la población con mayor conocimientos y, por ello, podían acceder a los puestos mas importantes de las ciudad de Balaguer con lo que obtenían mayores beneficios y salarios económicos. En contraposición, el resto de la población cristina, no tenía estos conocimientos porque no se estilaba lo de escolarizar a la población cristiana (la judía lo hacía por religión). Como ser de religión judía estaba mal visto, por decirlo de alguna manera, había que echarlos de Balaguer (otra vez) pero el conde sabía que eso podría ser perjudicial para la ciudad así que hizo que la población judía se convirtiera al cristianismo (por lo menos a vistas del resto de la población ) así que la Sinagoga pasó a ser una Iglesia cristiana y la calle cambió de nombre. La explicación que se dio en la época sobre este cambio de religión de toda esa población es que ¡fue un milagro! Ahora ya se entiende todo ¿verdad?
Justo al lado, en el número 7, se encuentra otro edificio singular que le llaman o bien La Casa Tarragona (porque la actual familia que lo posee así se apellida) o bien El Palauet de la Muralla (nuestro hotel). Se trata de una mansión señorial de fachada neoclásica. Como estamos alojadas dentro, hemos podido ver los cimientos de esta casa, que son judíos, y en el interior si que se pueden apreciar los arcos de esta época. ¡Vale la pena ya solo por eso!
Y, por último, en esta misma calle, haciendo esquina con la Plaza Mercadal, pudimos ver otro edificio que nos llamó mucho la atención por su colorido. Se trata de un edificio modernista, que en Balaguer se pueden apreciar muchos que no siendo como los que puedes encontrar en Barcelona, si que llama la atención.
La Plaza Mercadal.
Contemplando este edificio, nos adentramos en lo que era una de las visitas estelares en Balaguer: la Plaza Mercadal. Que hemos tenido la suerte de ver sin coches puesto que, para poder hacer el mercado el sábado por la mañana, no dejan aparcar. Pero hay que tener en cuenta, que por la tarde llama la atención, como una plaza tan bonita, resulta que está atestada de coches.
Es la plaza fortificada mas grande de Catalunya e inicialmente allá por la edad media el mercado que se llevaba a cabo era de ganado. La Plaza no estaba dentro de la ciudad por ese mismo motivo: el gran espacio que necesitaba todo el ganado de la zona para ser expuesto. De hecho, la primera muralla de Balaguer es una de las zonas limítrofes de la Plaza.
Nos paseamos, recorriendo todos los espacios de esta magnífica plaza que también es la plaza del Ayuntamiento. Es preciosa, tanto por los edificios coloristas como por el espacio que ocupa. Al fondo de la plaza, en lo alto de la Balaguer, se puede apreciar la muralla gótica con una enorme bandera Catalana que han puesto al ser la fiesta mayor de la ciudad. ¡Ahora nos toca ir a verla de cerca!
La Muralla Gótica y las puertas de acceso a Balaguer
Para ir en busca de las murallas o como le llaman: la Muralla Gótica, hay que subir por la Calle de la Botera. Empezamos el ascenso y nos fijamos que, a mano derecha está la Travesera Botera y allí, en el suelo, se puede apreciar el antiguo trazado, si se mira el suelo, de la muralla que protegía la parte más antigua de la ciudad de Balaguer.
Ascendiendo por la calle, nos damos de bruces con uno de los antiguos accesos a la ciudad de Balaguer: la Puerta de Gel. Llamada así, según nos explicaron, porque allí era dónde había un antiguo pozo de hielo (donde antes guardaban el hielo en en la época medieval), aunque parece que no está claro si este era el nombre que tenía en su época o bien era otro. Lo que si que está claro es que era uno de las entradas a la ciudad de Balaguer más importantes puesto que el camino en el que estaba era la ruta para la zona de Aragón.
Y una vez pasamos la puerta, la visión que tenemos desde el otro lado es alucinante, desde luego acceder a la ciudad de Balaguer en la época sería una tarea difícil:
Desde allí, vemos que hay unas escaleras metálicas que parecen el acceso a la parte de arriba de la Muralla por la que puedes dar un paseo y recorrerla entera. Así que, tomamos fuerzas y empezamos a ascender lo que parece que va a ser una subida que requiere fuerza. Llegamos a lo alto y tenemos que escoger entre ir a izquierda o derecha. Hacia la derecha nos lleva a lo que se llama «el paseo del Bombo» que va a dar sobre la parte del barrio judío y a un antiguo Observatorio militar de la Guerra Civil. Hacia la derecha, podemos ir a ver la Iglesia de Santa María.
Optamos, primero, por ir hacia el observatorio y luego deshacer el camino para ir en busca de la Iglesia de Santa María pues desde allí continúa nuestra ruta que tenemos pensada en esta visita a la ciudad de Balaguer al completo.
Las vistas son impresionantes:
Podemos ver, la Plaza Mercadal, desde las alturas:
Nos vamos caminando por la muralla, por la zona del Paseo del Bombo, hasta lo que se conoce como la torre blanca. Son las 14 horas de la tarde, y aun siendo noviembre, hace un sol y un calor que parece que estemos en primavera. Vemos que se nos acerca alguien y al cruzarnos ¡Nos conocemos!, es Jose el chico de la oficina de turismo que nos comenta que está cerrando las puertas de acceso a pasear por las murallas. ¡Vaya! nos quedamos paradas porque no hemos hecho mas que empezar a pasear. Jose nos ve la cara y nos dice que no nos preocupemos, que nos da las llaves para que podamos seguir con nuestro paseo y que ya se las devolveremos a las 18 horas que volverá a estar, trabajando, en la Oficina de turismo.
¡Estamos alucinadas! Nos han dejado las «llaves de la muralla». No sabemos cómo agradecerle el gesto a Jose y casi lo abrazamos pero pensamos que sería demasiado así que le damos como un millón de veces las gracias y continuamos nuestro paseo hasta llegar a la Torre Blanca o lo que es el antiguo observatorio de la Guerra civil.
Iglesia de Santa Maria de Balaguer
Una vez hemos llegado al extremo del paseo de la muralla, volvemos para el punto de partida por donde hemos ascendido y nos dirigimos, por la muralla, hasta la Iglesia de Santa Maria. La verdad es que desde este punto se tiene una visión de la Iglesia fantástica con la Sierra del Montse al fondo.
Ascendemos las escaleras y llegamos a otra puerta, que por suerte podemos abrir y luego volver a cerrar gracias a Jose de la Oficina de Turismo de Balaguer, y nos encontramos con la Iglesia en nuestras narices. Primero nos parece raro, porque no vemos la puerta de acceso en lo que nos parece la fachada. La verdad es que es muy pequeñita y la verdadera puerta de acceso (por lo menos al público) está en uno de los laterales.
La Iglesia por fuera no representa lo que te encuentras cuando accedes al interior. Un interior diáfano salvo porque la han decorado con cuadros que representan una trayectoria por toda la historia pictórica catalana. Nos parece una maravilla con la sencillez que han restaurado la iglesia y es de las pocas, y ambas coincidimos, que te transmiten calma y tranquilidad.
Está sutilmente iluminada y, si te fijas bien, en las paredes puedes apreciar 12 cruces. Parece ser que el número 12 es el número ideal: como los 12 apóstoles o los 12 meses o las horas de un reloj. ¿será el 12 el número redondo?
Por cierto, la Iglesia de Santa María también había sido, antes, una antigua mezquita.
Castell de Formós y Santuario del Santo Cristo
Aun nos espera un buen recorrido y lo seguimos haciendo a pie. Esta vez tenemos que llegar hasta el Santuario del Santo Cristo, que desde aquí lo vemos muy en la lejanía pero que queremos ir a ver no sólo por lo que representa sino porque tras este se haya el espacio que ocupaba la antigua medina en el Al-Andalus.
Para llegar hasta allí, hemos visto que hay que ir por la Calle Arços. Bajamos por un tramo de escaleras que está cerca de la puerta que da acceso a la muralla. La Calle Arços es muy curiosa porque nos recuerda a las zona del Albaicín de Granada (salvando del todo las distancias, por supuesto). Pero lo que si es seguro es que es un paseo que te permite ver otra cara de Balaguer. Al final de ese paseo, que se hace por una zona nada turística y que da grandes vistas de la zona, llegamos hasta otra zona de la Muralla y desde donde podemos ver otra de las puertas de acceso a la misma: La puerta del Torrente, que está en el Barranco del Torrente.
En este punto podemos ver que hay la puerta por la que pasaremos y, nos fijamos que hay unos niños jugando en lo que parece una entradita pequeña en la parte baja de la muralla. Es pequeña pero leemos que podría haber sido una entrada de la época o bien un paso de agua del torrente. No lo sabemos con claridad pero si que es cierto es que nos la la impresión de que esta parte de la muralla, es de las más antiguas y menos visitadas de Balaguer.
En la parte de arriba de la muralla, se pueden apreciar los restos de lo que fue el Castillo del Formós.
El castillo del Formós o los restos del mismo, tienen mucha historia porque data de 897 en época en la que la zona era de Al-andalus. En la actualidad, el castillo no se puede visitar pero si que se puede apreciar lo magnífico que es por fuera. Pasó de ser una fortificación militar a un palacio.
Frente al castillo del Formós, separándolos tan sólo por una especie de plaza, se encuentra El Satuario del Santo Cristo. Este santuario está edificado sobre la antigua mezquita Aljama. Actualmente el Santuario está formado por una Iglesia, un convento de monjas y una casa rectorial. También, en ese mismo enclave, parece que hay como un hostal y un restaurante pero no entramos a ver qué era.
Desde allí, otras grandes vistas de Balaguer y del resto de la zona, sencillamente ¡Espectaculares! Vale la pena hacer este paseo para relajar la vista tanto con los monumentos arquitectónicos como por el placer de la contemplación del paisaje.
En esta zona, ahora ya sólo nos queda acercarnos a lo que le llaman El Pla de La Almata. Resulta que toda esta zona, que es muy amplia, es donde está la antigua ciudad de Balaguer. La Balaguer del siglo VIII en época musulmana. Duró hasta el siglo XII. Por lo visto aun se pueden reconocer parte de la muralla que había pero nosotras, por mucho que miramos sólo vimos una planicie muy grande. Eso si, nos imaginamos cómo podría ser cuando esa zona, que ahora eran campos, llegó a ser una de las Medinas mas grandes de la zona.
El Casco Antiguo de Balaguer
Para llegar al casco antiguo tenemos dos opciones, o bien bajar por la calle del Torrent o bien bajar por la parte de la montaña que se llama El Calvario de Cristo. Optamos por bajar y ver el «Calvario de Cristo», que no es un nombre figurado porque ya estamos cansadas ¡no! Resulta que han hecho una especie de camino como el que, según la Biblia, sufrió Jesus arrastrando la Cruz hasta que lo colgaron de ella.
Desde la entrada del castillo vemos que sale el camino y, por suerte, nosotras no lo subimos sino que lo bajamos. No son mas que 200 metros (como máximo) y no deja de ser un paseo por la montaña con sombras que va muy bien para el día que está haciendo. Mientras bajamos por este camino vemos las figuras que hay que representan los momentos que vivió y sufrió Jesus en el Calvario.
La verdad es que la visita a la ciudad de Balaguer al completo lo está siendo tal cual: ¡al completo! pero estamos muy contentas de todo lo que estamos viendo porque no nos esperábamos, ni mucho menos, que Balaguer tuviera tanto por descubrir y aun nos quedan las calles del casco antiguo de la ciudad.
Ahora ya hemos llegado al río Segre y nos encontramos de pleno con el puente mas antiguo de Balaguer, el Puente de San Miguel que aunque no se conserva tal cual en la antigüedad si que los cimientos son, o parecen ser, los originales.
El Rio Segre es caudaloso y nos llama la atención porque va muy crecido pero es normal teniendo en cuenta que, últimamente, no deja de llover. Lo magnifico de esta ciudad, es que aun siendo ciudad, no pierde ese toque natural que tanto echamos de menos en Barcelona.
Caminamos por el lateral del río y vemos que los edificios son de colores y las bases de éstos tienen arcos. La verdad es que parecen de postal. Miramos cómo se llama esta calle, La Calle del Pont y dicen que es uno de los tramos que da al río mas bonitos de la ciudad.
Una vez que terminan los edificios coloreados, llegamos a una de las antiguas entradas de la ciudad de Balaguer que es justo la que da a la Plaza de San Salvador. Aquí nos quedamos entre paradas y «boquita-abiertas» porque esperábamos ver algo más especial. La verdad es que para ver los restos de lo que fue la Iglesia de San Salvador hay que ir esquivando los coches aparcados y, en cuanto a la antigua entrada a la ciudad de Balaguer…tampoco queda nada, solo el hueco. Bueno, le ponemos imaginación y nos trasladamos al Siglo XIV o antes para pensar cómo podría ser aquella zona de la ciudad.
Bien, por la fotos ya habéis visto que no hay nada, de hecho las ponemos para ilustrar lo que os queremos trasladar. Eso si, desde aquí se accede rápidamente a lo que se denomina La Reguereta. Entramos por la Calle de la Reguereta que no nos cuesta nada encontrar y nos hallamos, de golpe, en un espacio anda esperado.
Se trata de una pequeña plaza ocupada, en su gran mayoría, por un antiguo lavadero común de la ciudad de Balaguer. ¡Esto si que nos ha gustado! quizás porque no esperábamos semejante lavadero común en tan pequeño espacio.
Salimos de esta placita por la calle de la Reguereta y vamos a dar la la Calle Sant Jaume donde nos paramos en la plaza que lleva el mismo nombre. ¿Porqué se llama así esta calle y esta plaza? Pues sólo hace falta fijarse en el suelo para encontrar el símbolo del Camino de Santiago (la concha). Resulta que Balaguer es paso de los caminos de peregrinación. Nos contaron que en la edad media utilizaban el Rio Segre como vía de desplazamiento, por agua, rápida para llegar hasta Galicia. Parece ser que los ríos eran como las autopistas en la época.
En la plaza Sant Jaume, había un capilla de peregrinación de la que, en la actualidad, sólo queda la placa conmemorativa en el edificio en el que estaba.
Ya que estamos con el Camino de Santiago, que pasa por Balaguer y que fue un dato que nos sorprendió, tenemos que decir que nos acercamos hasta la calle Pintor Francesc Borrás, 12 puesto que allí se haya la casa donde nació Teresa Pàmies y que, ahora, hay un albergue de Peregrinos que gestiona uno de sus sobrinos. Tuvimos la suerte de verlos y, además y para mas curiosidad, estaba la hermana de Teresa Pàmies que acudía, esos días, desde Francia para visitar la ciudad.
Como nos hemos desplazado un poco, hay que decir que tenemos que callejear hasta llegar a la Plaza del Pou. Una pequeña plaza, también abarrotada de coches, en la que en su día había un pozo pero que lo mas curioso de la plaza, a parte de estar porticada (como la de Mercadal y como todo el casco histórico), se trata de una plaza típica medieval. Porque según nos explicó Jaume, el historiador que hace el free tour por Balaguer, las plazas en la edad medieval no eran tan grandes y esta Plaza del Pou es un buen ejemplo para revivir cómo eran. La verdad es que es un tanto angustiante pero podemos revivir cómo era un pequeña ciudad de la época.
Y ahora ya si, ahora sólo nos queda por ver, en esta zona, una de las calles más bonitas de Balaguer y que hemos dejado para el final con la meta de no encontrarnos a mucha gente. Se trata de la Calle de Avall, calle porticada que en la edad media debía ser una calle muy comercial y que aunque ahora, también lo sea, no es el tipo de calles comerciales que entendemos, en la actualidad, como tal.
Esta calle tiene mucho encanto y la hacemos en un sentido y en otro para poder apreciarla muy bien. Pasando tanto por debajo de los pórticos como por el lado no cubierto. Además, como la calle está adornada por la fiesta mayor de Balaguer aun hace que sea más medieval.
Mientras caminamos por la calle y miramos hacia todo los lados que podemos, porque no deja de ser una calle estrecha, podemos apreciar que los balcones son diferentes. Nos explican que se pueden apreciar las diversas épocas por la construcción de los mismos. Cuando mas salido el balcón más nuevo y cuanto más integrado más antiguo llegando a ser medieval. Además, parece ser que la función de los pórticos no era ni mas ni menos que de uso comercial de cada una de las casas. De tal manera que podían exponer sus cosas a vender o bien lo que hacían los artesanos sin estar expuestos a la inclemencias el tiempo, ya fuese sol o lluvia.
Convento y Claustro de Santo Domingo
Y esta es la ultima visita que nos queda del día de hoy, ver el claustro del convento de Santo Domingo que data del siglo XV y que parece ser una maravilla. Solo tenemos un pequeño problema y es que por la hora que es, las 18 de la tarde, muy probablemente estará cerrado.
Dado que ya es la hora de ir a dejar las llaves de la muralla a nuestro querido Jose de la Oficina de Turismo, una vez llegamos allí y volvemos a agradecer el gesto, le preguntamos el horario de apertura del Claustro y nos comenta que está cerrado. Volvemos a poner cada de pocker pero, sonriendo, nos dice que no hay problema, que nos deja las llaves del claustro para que lo podamos ver y ¡listos!
Mas contentas que unas pascuas y con un cansancio tremendo, atravesamos el río Segre por uno de los puentes y nos vamos a ver cómo es eso de abrir un claustro. Cuando llegamos vemos, a la primera, la puerta de acceso y buscamos la cerradura. Efectivamente ¡Se abre! y, tras encender la luz, aparece ante nosotras un claustro en perfecto estado de conservación que nos parece «de cristal» por lo fino de todas sus columnas. Eso si, hay un sonido muy fuerte a pájaros que primero pensamos que son murciélagos pero que luego resultan ser cotorras o algún pájaro por el estilo. Sea lo que sea el sonido que hace es tremendo.
Nos hacemos alguna que otra foto y volvemos a dejar el claustro tal cual lo hemos encontrado. Nos vamos contentas y pensando que esto de que te dejen las llaves de acceso a los monumentos es una suerte tremenda.
Fin del día, cena de Caracoles
Volvemos a la Oficina de Turismo y dejamos las llaves a Jose no sin antes preguntarle que dónde podríamos ir a cenar buena carne y, sobre todo, caracoles. Nos comenta que en Balaguer hay mucho sitios buenos pero que como están de fiestas va a ser muy difícil encontrar algún sitio donde tengamos mesa sin haber reservado. Es cierto porque intentemos hacer reserva y nos dicen que están completos. Así que Jose nos aconseja que reservemos en un restaurante que hay en una población cercana, Camarasa, a unos pocos minutos en coche de Balaguer.
A las 20 horas, tras pasar un momento por el hotel, nos vamos dirección Camarasa al restaurante que nos ha recomendado: Cal Pere. Allí hemos encontrado mesa y menos mal porque vemos que también se llena en pocos momentos. Cenamos, de primero para compartir, los caracoles esperados y están deliciosos. De segundo optamos por carne: solomillo de ternera y entrecot. Los platos son súper abundantes y de primera calidad. Mientras cenamos recordamos todo lo que hemos visto en nuestra visita de Balaguer al completo y la verdad es que lo que parecía una pequeña ciudad para ver en dos o tres horas se ha convertido en una de las visitas mas completas de un día que hemos hecho.
Por si queréis hacer este mismo recorrido pero tener una guía en formato paseo y descargarla en pdf, os dejamos otro post, que esperamos que sea útil aquí.
Nos vamos para el hotel, nuestro hotel curioso y diferente: El Palauet de la Muralla. En cuanto lleguemos intentaremos ver qué hay en ese palacio señorial. Esperemos no encontrar fantasmas, pero eso ya será una historia para mañana…
En Balaguer, haciendo la colada, en La Reguereta: el lavadero público de la ciudad.
¿Quieres ver todo nuestro fin de semana en Balaguer?
Introducción: Balaguer en un fin de semana
Por si quieres preparar tu visita a Balaguer en un fin de semana, aquí te dejamos información que puede ser útil:
Alquilar un coche para visitar toda la zona del Montsec, prepirineo de Lleida.
Reservar Alojamiento en Balaguer.
Reservar Vuelos a Calatunya.
Reservar Excursiones interesantes tanto en Balaguer como por la zona.