
Nos hemos despertado temprano, a las 8 de la mañana, parece que llueve, cosa que ya teníamos previsto pero eso nos nos va a impedir ver Sultanahmet al completo. Parece que esta zona de Estambul es fácil recorrerla y tenemos pensado hacerla a pie, nos queda a dos pasos del hotel en el que estamos alojadas.
Lo primero que hacemos es ir a la oficina de turismo, que se encuentra en Atmeydani Caddesi al lado del Parque de Sultanahmet en la zona de Santa Sofia y la Mezquita azul. En la oficina de turismo nos informan de los bonos descuento para poder entrar en los diferentes lugares que tenemos pensado visitar.
Cisterna Basílica, en Sultanahmet:
Sabemos que esta visita puede llegar a tener algunos momentos de masificación y por eso, estamos a las 9 en punto, que es cuando abren, en la entrada de la Cisterna Basílica.
¡No hay nadie! somos de las primeras que accedemos y el precio es sólo de 20tl ( al cambio 3,32€).
El suelo está algo resbaladizo debido a la propia lluvia externa y al clima húmedo que hay en el interior. Están en obras, como casi siempre, pero eso no nos impide admirar las impresionantes columnas que componen este majestuoso recinto bajo tierra que, en su día, albergaba agua para satisfacer las necesidades de la ciudad que se podían dar en un asedio allá por 532 d.c.

Avanzamos por un recorrido que está bastante delimitado, medio en penumbra porque no hay mucha luz. Vamos admirando las preciosas columnas que nos encontramos pero vemos que hay algunas que tienen formas diversas. Todo el recorrido está muy bien delimitado y con carteles que te van informando qué ver, dónde fijarte y a qué hace referencia.
Ojo que está muy húmedo y la gente suele resbalarse, sobre todo al bajar las escaleras de acceso a la cisterna y si no que se lo pregunten a Virginia, que bajó en un «plis» al resbalarse. Nos reímos mucho a posteriori pero el susto nos lo llevamos al ¡verla caer de culo!
El recorrido tardamos en hacerlo unos 45 minutos, con toda la calma dado que al no estar lleno de gente podemos verlo con mucha tranquilidad. Recordamos en otras ocasiones, en nuestras pasadas visitas a Estambul, que se puede llegar a estar en el interior de la cisterna como una 1:30 h dado que no puedes llegar a moverte de la gente que hay.
En este enlace os dejamos la información oficial al respecto de la cisterna así como horarios, precios e historia de la misma. En Estambul se le conoce como Yerebatan Sarnici.
Iglesia de Santa Sofia, en Sultanahmet:
Sobre las 10 de la mañana estamos en la entrada principal de Santa Sofia, se prevé que tenga muchas visitas puesto que vemos como están delimitando el acceso para que la cola sea de forma ordenada pero como estamos bien temprano eso no nos afecta. ¡Madrugar tiene sus ventajas!
El acceso tiene un coste de 60TL (al cambio no llega los 10€).
Lo que más nos impresiona de su interior son los contrastes arquitectónicos, puesto que es una mezcla de estilos bizantinos, otomanos, árabes… somos incapaces de describir el interior salvo hacer el comentario de «por fuera no parece la hermosura que te espera dentro». Estamos deambulando en la planta baja, la nave, durante mas de media hora y es que te pierdes mirando para todos los lados. Vemos que hay un montón de gente apelotonada y pensamos que se trata de algo interesante, algo histórico pero ¡no! resulta que la gente está mirando gatos y gatas que están a su aire por la iglesia.
En la nave podemos ver toda la iglesia dado que apenas hay columnas que impidan la visión. Importante fijarse, y así lo hicimos, en el ábside pues hay un mosaico enorme de la Virgen María y el niño. Lo curioso es que en el mismo lugar, en el ábside, se encuentra el migran que es el espacio que indica la orientación a La Meca. Nos llama la atención como se ha conseguido, aunque sea en formato arquitectónico, que dos religiones convivan a la perfección.

Subimos a la planta principal, es como un balcón que nos permite admirar todo el recinto de Santa Sofia y desde allí es dónde nos hacemos las fotos más bonitas y que pondremos en nuestro album de fotos, de visita a Sultanahmet.
En este enlace, os dejamos la información oficial y práctica al respecto de la Iglesia de Santa Sofia en Sultanahmet. El nombre por el que reconocen a esta iglesia es Hagia Sophia, en Estambul.
Al salir de Santa Sofia y antes de dirigirnos al Palacio de Topkapi que es nuestra siguiente parada, vemos que hay una entrada, gratuita, para ver las tumbas de Santa Sofia. Entramos en el recinto y vemos que es un espacio abierto que se compone de 5 palacetes (no sabemos cómo llamarlos) que representan 5 tumbas en las que descansan 5 sultanes. Es curioso ver que hombres y mujeres descansan por separado, entendemos que es propio de la religión tanto en vida como en muerte.
Vale la pena entrar, por lo menos para admirar la arquitectura y los espacios. Las tumbas se pueden ver pero están tapadas con una especie de manto verde.
Visita al Palacio de Topkapi y el Harem
Dicen que este Palacio requiere de todo un día para visitar, nosotras no estaremos tanto y menos con la lluvia que cae. La verdad es que somos bastante rápidas viendo las cosas pero tenemos previsto estar unas dos horas viendo todo, incluido el Harem que sí que será nuestra primera vez que entremos.
El Palacio de Topkapi, en Sultanahmet, ocupa un espacio considerable y la entrada no tiene pérdida: primero porque es la entrada majestuosa a un recinto y segundo porque está rodeado de unas enormes murallas de madera que ya indican que allí dentro, hay algo especial.
Nos adentramos al interior y antes de llegar a la zona dónde se compran los tickets de acceso vemos que hay varias máquinas expendedoras de entradas. Como está lloviendo y es diciembre no hay mucha cola pero está todo preparado para ser lo más ágiles posible en la venta y compra de accesos. Hay tickets combinados, nosotras nos decantamos por el combinado de Palacio+Harem que nos sale por 15,78€ (35tl el Harem y 60tl entrada al Palacio de Topkapi, pueden adquirirse por separado)
Antes de estar, propiamente dicho, a lo que sería el recinto del Palacio, te encuentras con varios museos que no son muy grandes pero que ofrecen singulares bellezas ya sean de joyas, armas o bien relojes ¡sí! relojes de pared, de bolsillo, etc. ¿de muñeca? no, ninguno de muñeca y si los encontráis nos lo decís.
Primero entramos al Harem, que nos hace especial ilusión dado que esta visita no la hemos hecho nunca.
El harem se presenta, primero, como pequeño pero la verdad es que es un gran palacio y ocupa como el 35% del espacio de todo el Palacio. Os dejamos una foto del plano y así podréis ver todo el recinto:
El Harem es impresionante y casi que coincidimos si decimos que nos ha gustado más este espacio que el del Palacio propiamente dicho. Lo que más nos ha impresionado del Harem han sido las diversas salas tanto del sultán como de la sultana.
También nos llama la atención la cantidad de fuentes que hay para lavarse, que forman parte de los baños árabes que hay en su interior. No son grifos cualquiera, son preciosos:
Tras una hora de visita al Harem, pasamos a ver lo que es el Palacio de Topkapi. Recorremos todos los espacios porque parece que estemos visitando un parque enorme con palacetes y cada uno de ellos servía para algo. En especial, nos ha gustado La Biblioteca. La encontramos fácilmente porque se encuentra en el centro y, además, una vez dentro se respira una gran tranquilidad. Nos encantaría poder hacer uso de esta estancia y ponernos a leer un raro pero, lamentablemente, eso está prohibido porque solo se puede ver pero no utilizar.
Este es el espacio por dentro, del edificio de la biblioteca:

Nosotras no pudimos hacernos ninguna de las fotos que os aconsejamos porque el tiempo no acompañaba nada pero sí que pudimos apreciar que, ya sea con sol o lluvia, los dorados que adornan todas la cúpulas del palacio se ven, siempre, de un resplandor impresionante.
En el recinto del Palacio de Topkapi, se encuentran los jardines o Parque de Gülhane. Estos jardines, aunque formen parte del Palacio, son de libre acceso y os aconsejamos que no os olvidéis de ellos. Nosotras los recorrimos pero al final de la jornada, dando un paseo al atardecer. !Os encantarán! y repetimos, es una forma de acceder al recinto del palacio pero sin pagar nada.
Siguiente parada: La Mezquita Azul
En nuestra ruta ordenada, ahora toca entrar en la Mezquita Azul
Ahora ya se nota que estamos en un espacio más reducido y con bastante más gente puesto que para acceder al interior, nos tenemos que dar rodillazos y codazos al mismo tiempo que intentamos no mojarnos y nos descalzamos. Porque sí, para entrar en las mezquitas hay que descalzarse y taparse la cabeza.

Realmente, la Mezquita Azul es más bonita por fuera que por dentro… y más si está toda en obras como la hemos tenido que ver nosotras. Prácticamente podemos decir que no hemos visto nada, así que nuestra visita al interior ha sido un «hi&bye» de los más rápido.
Ahora bien, sí que hemos sacado partido de algo y es que nos han regalado un Corán, traducido por una mujer. Eso nos ha hecho mucha ilusión porque una de las cosas que tenemos pendientes es leer el Corán a ver qué dice al respecto del mundo de la mujer.
En el caso de que queráis uno, ya sea este libro o bien algún otro, sólo tenéis que acercaros a una especie de librería en la que una persona os lo ofrecerá gratuitamente, ¿hay finalidad en este regalo? por supuesto pero eso lo dejamos a deducción de cada persona.
¿Qué tiene de fascinante la Mezquita Azul? Desde nuestro punto de vista, que tiene 6 alminares, cuando lo más normal se que tengan 4. Parece ser que es una de las pocas en toda Asia junto a la Meca y la hizo construir así el Sultán Ahmed ( nótese el parecido con la zona Sultanahmet).
Sea como sea la Mezquita Azul, no deja impasible a nadie que la admire. Por lo menos porque es una de las más grandes en tamaño de todo Estambul y, con certeza, con toda certeza la más grande de Sultanhamet.
En busca del Hipódromo que no existe, en la actualidad.
Justo al lado de la Mezquita Azul, en la misma zona de Sultahamet, se encuentra la zona que le llaman del Hipódromo. No nos cuesta nada encontrarla.
En Atmeydani Caddesi podemos apreciar un espacio rectangular que no nos lleva a dudar que allí se encontraba el antiguo hipódromo bizantino. Además, en uno de los extremos hay tres obeliscos que nos indican que hemos encontrado el lugar. De los tres obeliscos, hay uno que llama mucho la atención porque es egipcio. pero no hay que perder de vista el admirar los otros dos porque o bien son antiguos o bien representan muy bien el paso del tiempo.
La verdad es que este espacio suele pasar bastante desapercibido pero aquí os dejamos este enlace para que leas toda la historia que tiene asociada a esta ciudad: Estambul.
Dicen, que es uno de los lugares más bonitos para pasear y, además, para ver la vida de las personas que viven en los barrios más cercanos: Binbirdirek y Küçük Ayasofya.
El Gran Bazar
Ya es pasado el medio día y tenemos que comer algo, pero sabemos a ciencia cierta que buscar un lugar para comer en el Gran Bazar no resulta del todo aconsejable. Nos referimos a su interior puesto que está más lleno de lugares turísticos que de lugares dónde los habituales comen.
Nos adentramos por las calles de la zona de Nuruosmaniye, colindante al Gran Bazar, y encontramos con uno de los típicos locales de la ciudad donde puedes comer muy bien por menos de 5€ por persona. La verdad es que no recordamos la dirección pero sí que hicimos una foto de la carta. El plato mas caro sale por 22Tl que son 3,65€. Además, les gusta tanto que comamos en sus locales que ¡nos invitaron a todo el té que quisimos!
Una vez comidas, que os repetimos que fue estupendo, nos vamos a visitar el interior del Gran Bazar. Encontrarlo no tiene pérdida, pues es como Roma: todas las calles llevan a este lugar.
Su interior es una ajetreado lugar de pasadizos más o menos grandes. Lo que más nos llama la atención, por sus luminosos coloridos, son las tiendas de lámparas.
Vemos el interior poco a poco, puesto que el Gran Bazar, en Sultanahmet, no está desordenado. Mas bien es un bazar en el que se puede encontrar todo de forma organizada si te alejas del centro. Encontrarás la zona de pieles, la de alfombras, la de lámparas… La verdad es que nos fijamos que todo está como por gremios.






Nuestra última visita del día: El Bazar de las Especias, en Sultanhamet
Ya son casi las 18 horas y ahora nos toca correr si queremos llegar a ver el Bazar de las Especias antes de que nos cierren puesto que, las tiendas, sea verano o invierno, a las 19 horas empiezan a cerrar.
Desde el Gran Bazar, hasta el Bazar de las especies vamos por la calle Mahmutpasa Yokusu, que no tiene pérdida porque es una de las calles mas importantes de tiendas (de ropa muy curiosa) que va de un Bazar al otro.
El Bazar de las Especias es para turistas, ¡para que nos vamos a engañar! pero sí que es cierto que en la antigüedad, llegó a denominarse el bazar egipcio porque allí se podían encontrar especias de todo tipo. Lo que sí que, arquitectónicamente hablando, es un espacio precioso y uno de los mas grandes de todo Estambul.
Lo recorremos en su totalidad, pues tiene forma de L, pero sobre todo vemos que venden lo mismo o casi lo mismo, en una parada que en otra.
Lo mas importante, ponerse en el centro y contemplar una especie de balconcito que hay en el centro. En eso nos llevamos más rato nosotras.
Hemos visto como han cerrado el bazar de las Especias: a las 19 horas en punto cierran puertas y solo dejan salir pero no entrar. Eso sí, a quien está dentro no le dan prisa, se nota que son comerciantes.
Las calles de los alrededores son mejores que el propio Bazar, no hay que dejar de verlas y pasear por ellas, todas de comercios y tiendas donde puedes comprar desde café recién molido; nos lleva el olfato hasta allí y compramos por un módico precio para traer de souvenir. El establecimiento dónde lo compramos está en la salida de Misir Carsisi (Hasircilar Kapisi).
Como guiadas por los olores, nos lleva el olfato a una zona cercana al Bósforo que parece que están asando pescado ¡Nos quedamos alucinadas! Resulta que en la orilla del río hay barquitos que se dedican a hacer bocadillos de caballa.
Ahora ya sí que es tarde, hemos dado un paseo por toda la zona de Sultanahmet o el cuerno de Oro, como también le llaman.
La ruta ha sido bastante completa y mañana nos espera visitar toda la zona de Beyoglu y Taksim, al otro lado del río, cruzando por el puente Gálata.
Nos lo hemos pasado muy bien volviendo a ver toda esta zona, hemos comido excelentemente bien por menos de 5€ por persona y hemos podido hablar con las gentes de Estambul. Será un día para recordar pero sobre todo, lo que más nos ha gustado, es ver Santa Sofia por dentro y disfrutar con las gatitas que allí están tranquilamente. ¡Mañana mas!
En el caso de que queráis preparar vuestro propio viaje a Estambul aquí os dejamos información útil:
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