Dicen que Limerick no vale la pena visitarla, que es una ciudad mediana y no tiene mucho más allá del castillo para visitar. Dicen de Limerick, también, que es una ciudad en tinieblas por el río Shannon y como si todos los espíritus de las diversas guerras en las que se ha visto inmersa la ciudad estuviesen merodeando por sus calles e imperase cierto ambiente de miseria. También, la ciudad de Limerick llegó a apodarse, hasta hace relativamente poco, “la ciudad de la puñalada” y seguro que no hace falta explicar el motivo. Para finalizar, se trata de una ciudad donde el sol rara vez aparece por lo que el cielo casi siempre cambiante de Irlanda queda, en Limerick, completamente cerrado y dejando la ciudad bajo un techo gris, del mismo color de su asfalto.
Después de este primer párrafo ¿Quién va a querer visitar Limerik y, además, pasar una noche en esta ciudad? ¡Nosotras! Y además nos hemos despertado con entusiasmo porque volvemos a coger el bus como medio de transporte pero esta vez tardamos solo una hora y media escasa dado que el bus es el exprés que a parte de no parar en ningún pueblo resulta que va por autopista. Es la primera vez que rodamos sobre autopista y la verdad es que no se aprecia mucho, nos gusta más eso de ir por las carreteras más pequeñas que va pasando por todos los pueblos aunque eso signifique convertir el trayecto en el doble de tiempo. Podéis consultar los horarios en transporte público en Irlanda.
La desconocida Limerick
Llegamos a Limerick y nos vamos directas a la Oficina de Turismo, aquí la cosa ha cambiado, ya no son tan devotos en ofrecer todo tipo de información sobre su ciudad y la persona que nos ha atendido nos ha dado un plano y nos ha señalado rápidamente 6 cosas para ver en Limerick, incluida la oficina de turismo …
En fin, que diseñaremos nosotras mismas la visita porque aunque esta ciudad sea la tercera mayor de toda Irlanda, la realidad es que se presenta bastante abarcable como el resto de las que estamos viendo. En Limerick hay algo que cambia respecto al resto de poblaciones que hemos visitado y se trata de las construcciones: aquí, nada más entrar en la ciudad te das cuenta que hay menos casitas individuales o Victorianas y más bloques de edificios de tres plantas de estilo Georgiano.
Maravilladas y sorprendidas tanto por el cambio arquitectónico, como por no ver apenas turismo a nuestro alrededor cruzamos Limerick en dirección a nuestro alojamiento a dejar las mochilas.
Esta vez el alojamiento lo tenemos bastante alejado del centro pero para mantener nuestro presupuesto designado al alojamiento diario teníamos que alternar unos hoteles con otros.
Dormir esta noche las dos nos ha costado 53€ y eso es bastante económico para los precios que hay en Irlanda, pero hay que pagar el precio de estar a 1,5 kilómetros del centro de Limerick. Podéis consultar el detalle en alojamiento en Irlanda. Resulta que el alojamiento está al lado de del campus Universitario de Mary Immaculate College y del Jonh Henry Newman Campus. Y esto ¿Qué? Pués que como Limerick resulta que es destino universitario en Irlanda nos hace gracia ver cómo son los campus en esta parte de país así que aprovechamos y de regreso al centro atravesamos el Mary Immaculate College que data de finales del siglo XIX pero el que queremos ver, que es el Jonh Henry Newman está cerrado. En cualquier caso el paseo resulta agradable porque hay algunos jóvenes jugando a rugby en el campus.
La arquitectura de Limerick
A medida que nos acercamos al centro vamos viendo por las calles las casitas que imperan en toda Irlanda pero empiezan a aparecer, otra vez, los grandes edificios de estilo georgiano una vez ya finalizamos la Henry Street. Limerick no nos está pareciendo para nada una ciudad que no tengamos que visitar, ni una ciudad mísera, ni peligrosa; la única cosa que sí es cierta es que el cielo está gris y amenaza lluvia pero a parte de poder obtener alguna que otra fotografía más bonita no creo que nos afecte en lo que nos está gustando esta ciudad. Limerick tiene restos de las diferentes épocas que ha vivido y se ve, claramente, destellos de cada una de las épocas que han imperado en Irlanda de tal manera que si estás con el radar puesto podrás ver vestigios medievales en muchos edificios que aun quedan en pie, vestigios muy claros de las industrias tradicionales de principios de siglo pasado y, obviamente, todo un trazado de arquitectura georgiana tanto en edificios privados como públicos.
Es una lástima que, aunque en el 2014 Limerick fuese escogida como ciudad de la Cultura de Irlanda, no lo aprovechen más en la Oficina de Turismo y den mas “bombo y platillo” a esta ciudad tan rica en contrastes porque a alguien que le guste mucho la arquitectura urbana de diferentes épocas, vale la pena que visite la ciudad y se pierda por su calles y callejones.
El Castillo de Limerick: King John’s Castle
La primera visita que hacemos en Limerick es al King John´s Castle, el Castillo del Rey Juan, pero para poder verlo bien y tal y como recomiendan en las guías damos una pequeña vuelta cruzando el río por el puente Sarsfield, un puente robusto de piedra que tardó 11 años en construirse y que data de 1835 el actual pero este puente ya estaba por la edad media y esa parte del río ha tenido que presenciar muchas de las batallas que acontecieron en la ciudad. La vista del castillo es impresionante y, realmente, la ciudad medieval en pleno esplendor tuvo que ser imponente. Desde esta orilla del río, justo delante de la Treaty Stone, es una piedra que representa la firma del tratado de Limerick, se puede ver perfectamente tanto el puente Thomond que lleva al castillo como el mismo castillo, así como toda la ciudad por su orilla. Atravesamos el puente, que también es bien robusto y de piedra y se reconstruyó en 1836 pero este puente, en sus orígenes sí que fue el primero de Limerick ya que era el puente de acceso al castillo.
Entramos al castillo de Limerick, pero esta visita no nos entra con la Heritage Card y cuesta los 13€ que cuesta por adulto, pero por suerte vemos que hacen descuento para estudiantes así que pagamos 9,5€; también hacen descuento para familias al completo. En cualquier caso a partir de ahora siempre preguntaremos sobre el precio para estudiantes porque esta mañana hemos visto que para los transportes públicos también hay descuentos similares, no en todos los trayectos pero, desde luego, es una gran ventaja en Irlanda el ser estudiante, sea lo que sea que estudies.
Para la visita al castillo te dan un folleto, puedes escoger idioma, pero no es muy completo. La verdad es que te explican un poco la historia y lo que vas a ver en las salas de exposiciones. Si no tienes mucha idea sobre la historia de la ciudad de Limerick vale la pena porque te pone al día desde los inicios de la ciudad en el 800 con los Vikingos hasta el Tratado de Limerick en 1691. Después de visitar las 4 salas de exposición que se ven muy rápido pasamos a lo que es la visita del castillo en sí; y el castillo está casi entero lo que hace que te hagas una idea de cómo era un castillo normando. Tiene algo divertido y es que en el patio del castillo hay como una representación de cómo era la vida en la edad media y si vais con niños podéis entretenerlos un rato y también hay distracciones para los no tan niños porque hay una caseta en la que te enseñan tiro con arco y ¡Como no probarlo!. Desde las torres las vistas de Limerick son excepcionales, lástima que el día esté gris pero aun así podemos ver que la ciudad está en un estuario del río y que, realmente, la ubicación del castillo es estratégica. El castillo del Rey Juan ha sido declarado monumento nacional y no es para menos.
La Ciudad inglesa y la irlandesa
Salimos del castillo y queremos ver eso de que la ciudad de Limerick está divida en dos partes, la Ciudad Inglesa y la Ciudad Irlandesa. El castillo está en la parte Inglesa junto con la Catedral y separado por puentes sobre un pequeño río que se llama Abbey está la otra parte de la ciudad y centro neurálgico que es la parte Irlandesa.
Esta separación acontece a la trifulca que tuvo lugar entre 1691 y 1691 entre los Irlandeses contra la ocupación Inglesa y que finalizó con el famoso tratado. Dicho esto, y antes de cruzar el puente vemos desde fuera la majestuosa catedral medieval pero no entramos porque el precio de acceso es de 5€ para adultos y 3,5€ para estudiantes y hoy ya hemos pagado suficiente por entradas; de todas formas, desde el acceso ya se puede apreciar la importancia histórica que tiene esta construcción y en el caso de que dispongáis de tiempo y además os guste mucho la arquitectura de las iglesias os invitamos a que entréis. Tened en cuenta que en Limerick hay un sinfín de iglesias repartidas por toda la ciudad.
El mercado de Limerick: Milk Market
Miramos el reloj porque antes de las 15 horas tenemos que estar en Milk Market dado que es la hora que cierran el mercado pero antes cruzamos el puente Mathew, dejando a mano derecha el pub más antiguo de Limerick, El Locke Bar, al que luego volveremos y nos vamos directas al mercado no sin antes seguir viendo que la ciudad alberga pasajes escondidos que después investigaremos en profundidad. Milk Market es un mercado al aire libre en el que se puede comprar y comer. Este mercado sigue funcionando a día de hoy aunque desde mediados de 1800 ha ido cambiando para adaptarse a las necesidades y así sobrevivir al paso de la historia.
La intención era comer allí pero no nos ha seducido nada así que hemos dado una vuelta y visto que en la estructura que soporta al mercado hay paradas en las que comprar pescado y carne y en el interior se pueden adquirir bienes de artesanía y plantas; luego está toda la zona de comida y en su conjunto todo tapado con una carpa blanca muy moderna que desde fuera parece mas un circo ambulante que un mercado. En general, bullicioso pero gracioso porque hasta en el mercado hay un grupo de música tradicional Irlandesa que ameniza el ambiente como si por si solo no fuese suficiente.
Caen algunas gotas y aunque no es la hora de comer en Irlanda, como estamos en una ciudad más grande, vamos en busca del Locke Bar para comer algo y ver cómo es por dentro; por fuera está en el borde del rio y hay mesas para sentarse. La ubicación es inmejorable pero preferimos entrar y buscar ese pub de 1724 y ambientarnos un poco en la época. El pub está bien pero la parte más antigua ahora está ocupada por la cocina y aunque nos perdemos por dentro, hasta que nos llaman la atención, en busca de las salas antiguas no conseguimos encontrarlas así que nos sentamos en la planta baja y pedimos algo para comer que nos cuesta muy caro pero el pescado que comemos está bueno y tierno.
Continuamos la ruta, si nos lo permite la lluvia
Está lloviendo y esperamos a que se calme aunque nos ponemos nuestros impermeables. Una mujer se acerca a nosotras para decirnos, en un inglés rápido pero comprensible, que hemos tenido mala suerte porque hace dos o tres semanas hizo un día precioso. ¡Lástima no haber estado hace dos o tres semanas atrás y haber coincido, justo, con ese día en cuestión…! La gente en Limerick es espontánea y eso nos gusta. Una vez la mujer nos informa sobre el tiempo, se vuelve por donde ha venido y se sienta junto a su marido para seguir bebiendo su pinta.
Deja de llover y nos vamos a pasear, antes de volver al alojamiento, por la ciudad. Andamos por el centro de la ciudad que tiene algunas calles peatonales que son de ámbito comercial y nos vamos alejando de éstas aunque por el camino se van viendo esos restos medievales que hay entre edificio y edificio y que en ningún mapa hacen mención de ellos, ¡Es una lástima! Vamos en busca de esos callejones que hemos visto antes y que parecen resto de calles que quedaron sueltos al construir las industrias a inicios del siglo XX; son callejones que algunos se han reutilizado para tener pubs o discotecas y otros siguen como medio abandonados pero seguro que en menos de diez años si esta ciudad sabe aprovechar el potencial que tiene tanto interno como turístico, estos callejones estarán llenos de preciosas tiendas y bares muy modernos.
Nuestra visita de Limerick finaliza en un parque, en el People´s Park que alberga la City Gallery of Art que no entramos a ver entre otras cosas porque ya está cerrada pero que invitan a visitar si se dispone de tiempo. Nosotras preferimos dar un paseo por este pequeño parque tan cuidado y verde mientras comentamos que, quizás, una vez visitada Limerick valga la pena leerse el famoso libro de Las cenizas de Ángela de Frank McCourt.
Consejo: Otra de las cosas buenas que tiene esta ciudad es que dispone de grandes supermercados y, dado que comer en restaurantes es caro en la República Irlandesa, podéis comprar comida preparada para comer o cenar y reducir los gastos del viaje.
Al llegar al hotel que dispone de lavadora y secadora, hacemos la colada por 5€ y mientras las máquinas se ocupan de la limpieza de la ropa estamos sentadas escribiendo el día de hoy en nuestro diario y planificando un poco lo que será el día de mañana, que nos vamos a nuestro siguiente destino Killarney pero no sabemos si seguir viendo más parte de la costa con sus pueblos y ciudades o bien centrarnos un día entero en el Parque Nacional porque nos apetece estar entre el verde que impera en Irlanda pero, al final, la decisión la tendrá la meteorología de mañana.
Puedes ver toda nuestra ruta de Irlanda en 20 días, aquí
Capítulo 9: Visitando el Parque Nacional de Connemara, la Abadía de Kylemore y Cong.
Capítulo 11: Amelia y Virginia pasean por Killarney.
En el caso de que queráis preparar vuestro propio viaje a Limerick aquí os dejamos información útil:
Prepara la Mochila para Irlanda, todo lo necesario que hay que tener en cuenta.
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