Hoy nos despertamos antes de que suene el despertador, quizás nerviosas por perder el bus a Dublín, y que se repita la experiencia del día anterior. Nuestro nerviosismo comienza realmente cuando oímos que el baño está ocupado. Seguramente, es la pareja de franceses que está alojada también en The Elegants Rooms, que según nos dijo Mery bajarían a desayunar a las 8:00, y nosotras habíamos quedado en desayunar a las 8:30. Nuestro bus hacia Dublín sale a las 9:40, y estamos a 10 minutos caminando desde The Elegants Rooms, por lo que lo habíamos calculado para llegar con tiempo de sobras a la parada del bus. Por suerte, a las 8:10 se ha quedado libre el baño y hemos podido estar desayunando a la hora prevista. Mery debe ser una persona muy intuitiva y ha detectado nuestro nerviosismo por coger el bus e insiste en acercarnos en su coche a la parada del bus, después de un par de <<no hace falta, gracias>> y su continua insistencia, nos rendimos y dejamos que nos lleve.
Hoy vamos en una compañía diferente de autobuses Dublin Coach, los autobuses están bastante mejor mantenidos que nos de Bus Eireann (aunque eso no es difícil), y sólo hacen una parada antes de llegar al destino final, Dublín. El trayecto es tan entretenido como otras veces, ya que al no ir parando en los pueblos vamos por autopista, rodeada de verde igual que las carreteras, pero sin el mismo encanto, hoy no vemos montañas, ni grandes prados, ni castillos… Podéis consultar precios y horarios en Transporte público en Irlanda.
Dublín, una gran ciudad
Llegamos a la hora prevista a Dublín 11:40, el autobús nos deja en pleno centro, en Bachelors Walk y sólo poner un pie en Dublín somos conscientes que hemos llegado a la gran capital, se acabó la tranquilidad de los pequeños pueblos, estamos en la gran ciudad. Nos cuesta caminar con las mochilas entre la gente y vamos en busca de la oficina de turismo avanzando como podemos.
¡Ojo! Existe una indicación de oficina de turismo en Bachelors Walk, pero no es una oficina de turismo oficial de Dublín. La verdadera Oficina de Turismo está en O’Connel Street, está bien visitarla para que os faciliten un plano y por si queréis información de visitas en la ciudad o por los alrededores.
En la Oficina de Turismo de Dublín hemos vuelto a ser conscientes de que estamos en la impersonal gran ciudad. Os darán información, pero no esperéis que os atiendan con la misma amabilidad y dedicación que os brindarán en las pequeñas poblaciones.
En Dublín nos alojamos en Destiny Student New Mill, muy cerca de la Catedral de Sant Patrick, a unos 25 minutos caminando de Bachelors Walk, dónde nos ha dejado el bus. Es una residencia de estudiantes durante el año lectivo y en verano reservan las habitaciones a los turistas a muy buenos precios. El alojamiento en Dublín es carísimo, sobretodo en temporada alta, así que Destiny Student New Mill es una muy buena opción. Podéis consultar el detalle en alojamiento en Irlanda.
Consejo: En las ciudades donde el alojamiento es caro, es una buena opción buscar Residencias de Estudiantes. Durante el curso lectivo alojan a estudiantes y en temporada vacacional amortizan el espacio reservando habitaciones al turismo. Es una práctica que se está extendiendo por toda Europa y vale la pena tenerla presente.
Después de deshacernos de las mochilas nos vamos a caminar por Dublín. El calor es sofocante, según nos dicen (porque estamos desconectadísimas de las noticias) no es normal, pero se acerca una tormenta tropical a Irlanda y esto hace que suba la temperatura. Y ¿Qué mejor para calmar el calor que una pinta fresquita? Pués ahí que vamos y entramos en The Palace Bar, y sin saberlo se trata de un Pub de visita obligada en Dublín, fue construido en 1823 tiene reservados con las puertas de madera, y separadores de madera en la barra, para la privacidad de los visitantes. Las paredes están repletas de fotos antiguas y de los techos cuelgan ventiladores y lámparas redondas. Una joyita en pleno centro de la ciudad.
La General Post Office de Dublín
Desde allí continuamos hacia la zona Norte de la ciudad de Dublín, por O’Connell Street y entramos en la General Post Office, es como si retrocediéramos un siglo, y no puedo evitar imaginarme a las damas de la época con sus tocados y sus largos vestidos acercándose a una de las taquillas para enviar un telegrama, o metiendo una carta en los buzones. La Post Office sigue funcionando, por lo que se puede entrar a visitar.
Continuamos hasta Moore Street MarKet, uno de los mercados más antiguos de la ciudad. De lunes a sábado de 9:00 a 18:00 se llena de puestos de flores, verduras y frutas. Esta calle además tiene historia, en 1916, en sus edificios (4 casas que mantienen en pie como pueden) se escondieron los rebeldes Irlandeses huyendo de los ingleses.
Continuamos por Moore Street y Parnell Street hasta llegar al Writers Museum, por desgracia lo encontramos cerrado. Me parece curioso que en la ciudad tengan un Museo de Escritores de Dublín, está claro que James Joyce, Oscar Wilde, Bran Stoker son grandes escritores Irlandeses, pero también hay escritores muy reconocidos en otros países y ciudades del mundo y no les dedican un museo. ¿Quizás en Irlanda se interesan más por la lectura o por rendir homenaje a sus grandes escritores? Me parece interesantísimo visitarlo e iremos antes de irnos, aunque solo sea para ver la primera edición de Drácula de Bram Stoker, que no mucha gente sabe que era Irlandes y escribió la novela en Dublín.
Entramos en Parnell Square North, para ver el Jardín de recuerdo. Una plaza interior con un estanque en forma de cruz, y una escultura de bronce. En el fondo del estanque se pueden ver mosaicos con forma de armas vikingas, que representa la costumbre de los celtas de arrojar las armas al río después del combate, y la escultura de unos niños que se convierten en cisnes representa la resurrección, el renacer.
George’s Street, una calle que no hay que perderse
Continuamos por Great Denmark Street hasta George’s Street, una calle con casas georgianas muy bien conservadas. Son casas de ladrillo visto, de cuatro plantas y cada una tiene la puerta de un color diferente. La mayoría las han dividido en cuatro apartamentos, conservando la fachada, pero todavía quedan un par que son sólo una vivienda. Aprovecharemos la visita al Museo de los escritores de Dublín para volver a visitar esta calle.
Después de dar este paseo por la zona norte de Dublín (la zona de O’Connel) cruzamos el río y nos adentramos en la zona de Temple Bar. Pasamos en pocos minutos de la tranquilidad de las casas Georgianas de George’s Street al ruido y locura de Temple Bar, despedidas de solteras y solteros, grupos de gente bloqueando las entradas de los bares bebiendo una copa tras otra, jóvenes (y no tan jóvenes) sentados en la calle abrazados a su botella. Casi no nos escuchamos al hablar del volumen de la calle.
Salimos lo antes posible de la zona y vamos a cenar a un restaurante Italiano, que también es escuela de cocina, Pinocchio Restaurant. Pedimos un plato de Parmigiana di Melanze para compartir de entrante y pasta fresca, Ravioli. La pasta la hacen ellos al momento, es casera, casera y está buenísima. El Early Bird cuesta 18,90 € Después del festín no queda otra que ir caminando hasta Destiny Student New Mill para quemar calorías.
The Liberties, el barrio más antiguo de Dublín
La zona en la que estamos alojadas es The Liberties, el barrio más antiguo de Dublín y uno de los menos visitados. Algo que nos parece perfecto para descubrirlo sin tener que esquivar a cientos de turistas. Entramos en Bride Road y paseamos por las calles dónde están los Iveagh Buildings (delimitadas por Bride Street, Bride Road y Nicholas Street) Son casas de ladrillo rojos, con cornisas, cúpulas doradas oxidadas. En sus fachadas hay placas en las que cuentan la vida de los habitantes de la época. Leemos alguna de ellas y nos imaginamos como sería vivir en aquella época. Ahora vamos hacia la parte más popular del barrio Meath Street, pasamos por la Iglesia de Sainte Catherine, que contrasta con las casas bajas, de ladrillo rojo y puertas de colores, de Thomas Courth. The Liberties es un barrio humilde, en el que los niños están jugando en la calle y alguna de las puertas están abiertas. Me parece fabuloso que exista en una capital como Dublín un barrio como The Liberties y aunque sean casas humildes ya me gustaría tener una “casita” así en Barcelona. Paseando por delante de estas casas he recordado películas inglesas o irlandesas en las que aparecen barrios humildes, como Secretos y mentiras, donde la protagonista vive una casa de ladrillo, pareada (como las de The Liberties) de dos pisos, con un patio en la parte de atrás; o la casa de Café Irlandés.
Oímos unas sirenas que se acercan, varias ambulancias se dirigen a Reginald Street, una placita con un kiosco antiguo y en su interior un cristo de lo más kitsch. Todas las vecinas han salido a la calle y los enfermeros entran en una de las casas. Una señora que está sentada en la puerta de su casa (cómo en los pueblos de Andalucía, tomando el fresco) nos sonríe y nos dice, tranquilas es una vecina que ha muerto. Un niño de unos 9 años se va hacia Amelia y le dice, ¿Eres policía verdad? A lo que sonreímos las dos y continuamos hacia The Coombe, un pórtico que recuerda las penosas condiciones en las que vivían los niños en The Liberties en el siglo XIX.
Estamos a escasos metros del hotel y pasamos por la Destilería Teeling, ha cerrado a las 17:30, pero continúa abierta cómo Pub, no descartamos pasar otro día, pero hoy ya toca ir a descansar que mañana tenemos que continuar recorriendo la ciudad.
Puedes ver toda nuestra ruta de Irlanda en 20 días aquí
Capítulo 16: La encantadora ciudad de Kilkenny
Capítulo 18: Un paseo por el centro de Dublín
En el caso de que queráis preparar vuestro propio viaje a Dublín aquí os dejamos información útil:
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