Parece que el despertador ha sonado bastante temprano pero Amelia me ha explicado que lo ha vuelto a poner para que sonase sobre las 10 de la mañana. Ahora entiendo porqué me he despertado tan descansada y es que ayer, creo que entrábamos por la puerta de la habitación a las dos de la mañana. En fin, que hoy teníamos como reto estar antes de las 08:30 de la mañana en la puerta de la biblioteca antigua del Trinity College, para evitar las colas y comenzar nuestra ruta literaria por Dublín, y no lo cumplimos ni de coña, así que volvemos a reorganizar nuestro día y la ruta la planteamos de la siguiente manera: Primero desayunaremos, segundo iremos al City Hall, luego al Bank of Ireland a ver la House of Lords o sala de los Lores, luego intentar entrar en la biblioteca sin hacer mucha cola y, por último en nuestro pasear de “entrar a sitios” acercarnos al porque me muero de ganas de verlo y, sobre todo, ver el libro de Drácula de Bram Stoker en una primera edición de 1897. Luego tenemos previsto ver dos barrios más, pero de momento vamos a empezar por estos lugares que tenemos que entrar antes de las 17 horas que es cuando todo lo cierran y algunos, incluso, no te permiten entrar media hora antes.
Desayunamos nuestro tercer Irish Breakfast en Joy of Chá en el número 10 de Essex Street, en la zona de Temple Bar. Muy bueno, la verdad! Además el local está regentado por un chico de habla hispana, no me atrevo a decir la nacionalidad porque puedo estar confundida, así que el idioma facilita lo que queremos desayunar y cómo queremos tomarlo. Aunque todo hay que decirlo, estamos desayunando cerca de las 12 del medio día.
El City Hall de Dublín
Tras este buen momento decidimos, porque lo tenemos al lado, ir a ver el City Hall. Nos agrada puesto que se accede, verdaderamente sin pagar, y además estamos solas. ¡Eso sí que es estupendo! Es una construcción circular, entendemos que georgiana. Casi nos vamos del City Hall sin darnos cuenta que en la parte de abajo hay una exposición en la que tratan temas de la historia Irlandesa y de Dublín y además puedes ver espadas medievales y el trono del Alcalde. Pero lo que más nos ha gustado es que hay un apartado dedicado a las mujeres sufragistas.
El Bank of Ireland y House of Lords
La siguiente parada, el Bank of Ireland no nos deja indiferentes sobre todo porque no sabemos muy bien dónde tenemos que ir a buscar la sala de los Lores dado que el edificio alberga un banco y de dinero, no de sentarse. Vemos una puerta cerrada en la que sobre ella está escrito House of Lords. Nos quedamos tristes pensando que no podremos verla pero buscamos a algún conserje y le preguntamos; nos acompaña y nos abre la puerta y allí estamos solas, de nuevo, en una sala inmensa y solemne. ¡Estamos disfrutando como niñas en una sala que nos han dejado solas para nosotras!
Consejo: Entrad en el Bank of Ireland y pedir que os dejen entrar a ver la Cámara de los Lores. Dentro del banco puede que os pase desapercibida, pero es posible visitarla.
Continuamos nuestra ruta literaria por Dublín
Vamos allá, vamos a intentar entrar en la Biblioteca del Trinity College. Volvemos a atravesar el patio de la universidad por tercera vez (el día anterior lo hicimos dos veces por temas que no vienen a cuento, pero que básicamente acontecen al despiste) y cuando llegamos ¿Qué hay? Otra vez una cola que inspira que tendremos que esperar una hora para entrar. Pero lo que menos nos preocupa no es tener que esperar una hora aproximadamente, ¡que también! Lo que nos preocupa es entrar en un lugar en el que estaremos con mucha más gente, sin poder disfrutar la visita como nos gustaría.
Dublín Writers Museum
Así que dejamos para la próxima vez que vengamos a Dublín el ver la biblioteca y nos vamos directas a otro barrio para ver el Dublín Writers Museum, unos de los sitios que tenemos más ganas de visitar en la ruta literaria por Dublín. Está en la parte de arriba de O´Conell Street y eso nos permite disfrutar de esta calle de edificios monumentales. A medida que subimos por ella vemos que, a mano izquierda, hay un montón de calles más o menos peatonales llenas de establecimientos comerciales así que de bajada y para ir al barrio de Stoney Batter, donde está la famosa destilería de Whiskey Jameson, pasaremos por ellas. Llegamos al Museo y previo pago de 6,3€ para estudiantes y 7,5€ la entrada normal, nos dan una audio guía y empezamos nuestra visita.
Los 6,30€ que hemos pagado valen la pena y mucho; primero porque la cantidad de primeras ediciones de libros que puedes ver en directo no tienen parangón, segundo porque mediante la audio guía te traducen absolutamente todo o bien te explican todo, porque los de habla inglesa también deben pedirla, y tercero porque el museo está en una casa georgiana con lo que nos ha permitido ver por dentro estas preciosidades arquitectónicas. Y como no, hemos podido ver un ejemplar de la primera edición de Drácula y además la máquina de escribir de Kate O´Brian que no la esperábamos y nos ha hecho mucha ilusión.
Gran parte del museo está dedicada a escritores, en masculino, teniendo en cuenta que obviamente la mayor está dedicada a James Joyce y Oscar Wilde. Pero, ha sido un placer ver que entre todos estos caballeros también hacían mención aunque en un 20% a todas las escritoras irlandesas y, como no, hay hasta un retrato y la explicación pertinente de Lady Gregory que tanto o todo tubo que ver en el resurgimiento de la cultura en Irlanda a finales del siglo XIX.
La verdad es que esta casa georgiana es una maravilla y salimos encantadas de la visita porque teníamos como propuesta ver una de estas casas por dentro, así que misión cumplida.
Al lado del museo de Escritores está la Hugh Lane Gallery que como ya escribí hace unos días no somos de museos pero hoy, como parece el día de “entrar en lugares” siguiendo nuestra ruta literaria por Dublín, vamos a entrar dado que el edificio parece bonito y, además, vemos que la entrada es gratis aunque si quieres hacer una donación lo permiten. Alucinamos con el edificio que data del siglo VXIII. Nada más entrar nos encontramos con una exposición, que parece permanente, de obras más bien clásicas pero como el museo es de Arte Moderno a la que subimos a la siguiente planta lo que allí se expone es moderno y muy moderno: Rachel Maclean. No la conocíamos pero nos ha robado como 45 minutos embaucadas con sus audiovisuales. ¡De veras que no tiene desperdicio! Y ahora viene lo mejor, resulta que en este museo está el estudio de Francis Bacon, ¡ahí lo dejo!
El barrio de Stoney Batter
Ya hemos visto suficientes sitios cerrados así que nos vamos a conocer el barrio de Stoney Batter que está al Noroeste de Dublín. Para llegar a este barrio paseamos por las calles peatonales que hemos visto antes subiendo por O´Connell Street y que si te gustan las compras no puedes perderte: se trata de todo el tramo que empieza por Henry Street y termina en Mary´s Lane y una vez allí ya cruzas al barrio que vamos a visitar y te encuentras con el Mercado de Smithfield, que este sí que es un mercado auténtico dónde comprar comida. Es enorme pero no podemos verlo por dentro, solo a través de las rejas, porque cierra todos los días a las 15 horas a excepción de los sábados que cierra sobre las 17 horas. Así que otra visita que dejaremos para la vuelta a Dublín.
Paseando por estas callejas, de un barrio dublinés, que nada tiene que ver con los del centro más turístico, llegamos hasta la Destilería Jameson y la verdad es que llegamos por olfato porque a medida que te acercas a la zona ya huele a malta. No entramos porque no nos gusta el Whisky y porque nuestro cupo de visitas a las destilerías o cervecerías ya lo copamos en Kilkenny. Tampoco vamos a entrar en la Guiness porque preferimos gastarnos el dinero de la entrada en 4 pintas de esta marca que en visitar cómo lo hacen, pero eso ya es cuestión de gustos. Volviendo al tema, recomendamos ir a visitar todos estos barrios que están mas alejados de las zonas comunes a los turistas porque empiezas a ver otros edificios y otras escenas que te ponen un poco en situación de los peores momentos que ha tenido que pasar esta ciudad. En cualquier caso, en este barrio también puedes ver nuevas construcciones porque parece que a medida que te alejas del centro, se pueden construir edificaciones más altas que los de cuatro plantas Georgianas y eso cambia la ciudad… no sabemos decir si para bueno o malo, porque también es cuestión de gustos.
St Stephen Green, Merrion Square y Oscar Wilde
Volvemos a atravesar la ciudad, que es algo que nos gusta mucho eso de pasear, y nos vamos al barrio que nos faltaba por visitar: St Stephen´s Green que como además hoy hace un día fantástico (con sol y mucho calor) podremos ver los dos parques de la zona en pleno esplendor. Cuando llegamos el primer parque que vamos a ver es el Saint Stephen´s Grenn que tiene la justa extensión como para poder pasear y no tardar mas de 45 minutos en recorrerlo. Se trata de un parque o una zona de lujo y no es para menos dado que está bordeado, todo, por edificios georgianos. Es precioso y como hace sol está repleto de parejitas en momento romántico por el césped.
Seguimos por el barrio que no es ni más ni menos que todo un barrio de estilo georgiano y además, parece ser que en la época es dónde se alojaban los burgueses y gente de bien. Al llegar Merrion Square ¿qué buscamos primero? Algo que no os tenéis que perder si queréis hacer una ruta literaria por Dublín: La casa en la que pasó la infancia Oscar Wilde pero nos decepcionamos un poco porque la casa, aunque alberga una institución, está algo dejado. Así que como las fotos que hacemos no nos gustan, nos quedamos con algo que no menos feo pero si más curioso: el timbre de puerta donde vivió Oscar Wilde, que tampoco sabemos si existía en su época porque más bien debía ser con pica porte pero nos hace gracia por lo gastado que está en comparación con el resto que hemos ido viendo en esas puertas de colores tan bonitas que impregnan Dublín.
Y esta será nuestra última visita al Dublín desconocido porque a partir de ahora ya volvemos a estar en la zona de la Old City y nos sabemos mover con total autonomía así que guardamos planos y guías y nos dejamos llevar por donde nuestro caminar nos lleve porque es la última tarde que pasaremos en Dublín y ahora ya queremos disfrutar de esta magnífica ciudad que nos ha encantado y, para nada, se parece al resto de Irlanda. Dublín es una maravilla arquitectónica y es una maravilla en todos disfrutarla barrio a barrio porque aunque todos parezcan iguales no se parecen en absoluto ninguno de ellos, cada uno tiene su propia personalidad. ¡Volveremos seguro!
Puedes ver toda nuestra ruta de Irlanda en 20 días aquí
Epílogo: Amelia y Virginia vuelven a Barcelona
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