
Hoy es 23 de septiembre del 2018. Nos hemos despertado ilusionadas porque nos vamos a desplazar a la ciudad de Gante para visitarla en un día pero, en cuanto nos hemos asomado por la ventana de la habitación nos hemos dado cuenta que llovía y mucho. ¡Qué le vamos a hacer! Gante es nuestro objetivo y llueva, truene o haga un calor de mil demonios para allá que nos vamos!
Después de desayunar, salimos a la calle para ir en dirección a la estación de trenes. Nos toca desplazarnos desde Brujas, que es donde tenemos nuestro alojamiento, a Gante. Hemos decidido que iremos en tren. La distancia entre Brujas y Gante ronda los 50 kilómetros y en tren esto supone no mas de media hora. Compramos los billetes de ida y vuelta en las máquinas expendedoras y nos vamos a esperar a que llegue el tren, que por suerte pasan con bastante frecuencia. Puedes consultar el detalle del transporte aquí.
El trayecto en tren se hace corto, pero no podemos observar nada del paisaje porque la lluvia ha empezado a caer fuerte. ¡Nos espera un día pasadito por agua en Gante!
Al llegar, sigue lloviendo. Gante es una ciudad que se puede hacer caminando y más el centro histórico, pero de la Estación de tren hasta ese punto hay una distancia de 30 minutos a pie, que, sin lugar a duda, en un día sin lluvia hubiese sido un bonito paseo.
Una vez hemos decidido que tenemos que buscar un transporte para llegar a los puntos interesantes de Gante, nos dirigimos al centro de información de la Estación de Gante. Allí nos informan que hay un tranvía que nos deja en el centro: la línea roja. También nos hacemos con un mapa turístico de la ciudad que vuelve a ser igual de práctico que el de brujas: sin publicidad y con toda la información práctica que un mapa requiere.

Precio de ida y vuelta: 6€
Precio para todo el día: 6€
Salimos de la estación, que es preciosa, y vamos en busca de la parada del Tranvía. No tiene pérdida y es por dos motivos: está señalizada en todo momento y es donde más gente se concentra fuera de la estación. Una vez dentro del tranvía sigue lloviendo, pero aun con mayora fuerza. No vemos nada durante el trayecto, no tenemos ni idea de dónde estamos o por dónde pasamos. Sabemos que tenemos que parar en el Gravensteen y allí bajamos.
Nos disponemos a ver lo que podamos, en este día de lluvia tormentosa, de la ciudad de Gante. Os dejamos, sin embargo, un enlace de la Oficina de Información y Turismo de Gante en el que os podréis descargar, en PDF, un paseo por esta ciudad que ellos han editado. Si quieres verlo, clicka aquí.
El Gravensteen o Castillo de los condes de Flandes y la plaza Sint-Veerleplein en Gante.
Bajamos del tranvía y nos encontramos en la plaza Sint-Veerleplein, allí se encuentra la Oficina de Turismo y también, que sepáis que nos han dicho que era dónde se hacían las ejecuciones públicas en épocas pasadas. Por suerte no queda rastro de esto último y ahora la plaza impacta porque mires donde mires, a izquierda y derecha, es como si te trasladases a la edad media ¡Es fantástica! Por un lado, rodeada de fantásticas casitas de colores y piedra y por otro, como estandarte de la plaza: el imponente Castillo de los Condes de Flandes.
No estaba en nuestros planes entrar al Gravensteen pero visto el día, decidimos entrar y previo pago de 10€ estamos pasando el torno que nos da acceso al patio interior del castillo. Parece que es una de las fortalezas mejor conservadas y así lo confirmamos cuando vemos su estado. Está todo como si lo hubiesen construido ayer mismo: las murallas que lo protegen, el patio interior, la torre del homenaje, la sala de tortura, la cárcel, los salones y las habitaciones. Incluso si llegas a hacer el paseo de la muralla, te encontrarás dos letrinas que utilizaban en la época: son dos curiosos agujeros que desaguan en el rio Lys y que, en su momento, lo que se desprendía por ellos servía para entretener al resto de la población, en la edad media, dando conocimiento de lo que habían comido los condes en días anteriores.

Vamos visitando las diferentes estancias del Gravensteen de Gante y nos llama la atención la cantidad de chimeneas que hay en cada estancia. No sorprendería si no fuese porque la audio-guía nos explica que fue, en este castillo, dónde idearon por primera vez el poner chimeneas para calentar las estancias. El interior del castillo es como un museo viviente que nos va mostrando los usos y costumbres de la época y nos llama especial atención, como en la sala principal del castillo han puesto una malla de armadura con mucho gusto. Es real y no se puede tocar, básicamente por la altura en la que está ubicada la misma. El detalle nos ha gustado tanto que os dejamos una imagen de la misma:
La visita al castillo de los condes de Flandes, culmina cuando llegas a la cima. Desde ella tendrás una de las mejores vistas de la ciudad. Podrás verla 360 grados y hacerte unas fotos maravillosas.
Calle de los Grafiti y los canales de Gante.
Como la lluvia ha dejado de hacer presencia aunque amenaza con volver, nos vamos caminando a ver la famosa calle de los Grafiti o también conocida como Grafittistraatje. Aquí nos quedamos algo paradas porque después de haber visitado, este mismo verano, Belfast y Derry, no hemos entendido qué quieren decir con «la calle de los grafitis». Ciertamente es una calle con este arte callejero pero no está al nivel de lo que nos imaginábamos. De todas formas, como para gustos colores, lo dejamos a juicio de cada una de las personas que visiten Gante pero si vuestro tiempo es justo para ir a esta ciudad, mas vale que os dediquéis a otras visitas o bien que estéis atentos a otro tipo de arte callejero que os iréis encontrando por la ciudad.
Os dejamos la primera imagen, en la que podréis ver la Grafittistraatje y, en la segunda imagen, un mural cualquiera, que no aparece en los mapas turísticos de Gante, que puedes encontrarte en los canales de la misma ciudad. ¡No hay color! ¿verdad?
Sin orden ni concierto, por nuestro paseo por Gante, nos adentramos por las diferentes calles que nos encontramos y a través de ellas nos cruzamos varias veces por los canales que pasan por el río Leie de la ciudad. Son maravillosos, y a diferencia de Brujas aquí los edificios son como más grandes. La verdad es que merece la pena perderse por esta ciudad y ¿eso es lo que nos ha pasado a nosotras!
Campanario de Gante y edificios medievales del centro.
Después de comer, en cualquier lugar turístico de Gante que no cierran al medio día nos dirigimos hacia el Belfort o campanario municipal de Gante. En esta ocasión optamos por no subir puesto que ya hemos visto la ciudad desde lo alto en el Castillo. Los edificios más importantes están uno al lado del otro así que nos dedicamos a verlos asomando la cabeza fuera del paraguas. Esta ciudad es muy bonita y el ladrillo visto de los edificios y la belleza arquitectónica da para estar con la cámara sin dejarla de utilizar. Nosotras optamos por hacer unas fotos al campanario y a los edificios urbanos para no olvidarnos de Gante y de esta zona de Flandes.
Sin poder ver nada mas de esta ciudad, porque el motivo ya lo conocéis: la lluvia torrencial no nos deja para mas que para lo que hemos relatado en esta parte del diario, nos volvemos para la estación de tren. Volvemos a hacer uso del tranvía y pensamos que tendremos que volver a Gante. Si en estas condiciones no hemos dejado de estar con la boca abierta en cada paso que hemos dado, qué podría ser una visita con luz. Volveremos, alguna otra vez en primavera que parece ser la mejor época para visitar Flandes.
Mañana nos toca Bruselas, el tiempo parece que mejorará. Mientras volvemos en tren no dejamos de pensar en lo divertido de nuestra visita al Castillo de los Condes de Flandes en el que Virginia se ha dedicado a tocar el arpa.
¡Qué traviesa es cuando se lo propone!
Si quieres ver toda nuestra ruta a Flandes en 3 días, te la dejamos aquí.
Capítulo 2: Visita a Bruselas.
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